John Harold Giraldo Herrera*
A las puertas de la eternidad fue el nombre que le dieron en español. Una idea inquietante, con la posibilidad de tentar al tiempo para prolongarlo. Ingresar a ese pódium es posible, ser eterno cuesta cada vez más y apenas un puñado lo logra, la competencia es atroz y las alternativas escasas. Vicent Van Gogh, es un hombre, una obra, una vida, un recuerdo sostenido, su modo de vida pudiera haber incomodado y ser incomprendido, y eso habla de cómo superó barreras. Sus pinturas no sólo se han masificado, también su historia, sus colores, su apuesta y aquella manera de revolucionarnos desde el arte ¿para qué capturar la luz con tintas y hacer con ella formas o sensaciones o ideas?, quizás tengamos más respuestas y el cúmulo de conocimiento permita aventurar muchos caminos. Aún así, las certidumbres, muy pocas, del pasado, nos continúan cabalgando. Al ver la película, protagonizada por el versátil Williem Dafoe, obtenemos una serie de flancos, quizás uno, de cómo ese ser no sólo dejó apresada la maravilla de la luz sino que la atravesó. Se trata de cómo Vincent vivió sus días, atormentado, un poco delirante, y más dedicado a la pintura, esa obsesión le valió ser uno de esos genios, al reconocerse como el padre del arte moderno. Al deslizarse en una búsqueda en apariencia sin sentido, encontró la puerta a la posteridad.
Foto/Tomada de https://bit.ly/2X4b8yp //Papel Salmón
El loco del pelo rojo.
Seguro la noche estrellada no es la misma luego de haberla pintado el célebre sin oreja, y muchos de esos campos amarillos de girasoles y cultivos, o las desteñidas y ajadas botas de su pertenencia o esos rostros de hombres algunos sufridos y otros tan estáticos que decidieron ser símbolo de un modo de luz. Van Gogh entendió las honduras del ser, las vivió y las dejó ahí en esos trazos gruesos, en esas espesas capas de pinturas, en el color sorprendente y vivo; es que si uno ve en Vincent algo, es un espejo multicolorido de sensaciones, de formas que se disuelven: se agrandan o se encojen, se aíslan o se extienden en la retina y nos van comunicando un oleaje de emociones.
Vincent, expresado en Dafoe, avanza poco, se inquieta mucho y lo vemos allá en su mundo, parece que no tuviera otro: el de un enfrentarse a la pobreza y a una manera de vivir y estar aferrado entre lienzos, paletas, pinceles y capturar esa materia de la que se encuentran hechas las cosas cuando las vemos: la luz. Por allá perdido, ensimismado, algunas veces enterrado, nos entregó una lección: si algo queremos hay que llevarlo hasta el límite y sacarlo de ahí para que prevalezca. Mirar no es suficiente sino no nos asombramos. Una de sus frases nos sacude: “Que sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo”. Y sí que produce e irradia vitalidad. Lo nuevo suyo consistió en nunca desistir y ver lo que otros no podían absorberlo, casi volverlo suyo, a su modo, el que generó rupturas y dejar eso ahí para las puertas hacia lo eterno.
¿De qué estuvieron hechos sus ojos? ¿Cuánta fuerza tenía para persistir en medio del desastre y el caos? Por qué no se quedó ahí en el mismo lado que otros para solo respirar y ser uno más como los demás. Se cruzó con los grandes pintores de ese tiempo e iba muy poco a las exposiciones, y él se quedaba en la luz de la mañana o de la tarde o la poca artificial que tenía en los cuartos donde habitaba y no paraba de pintar; casi ejecutando esa acción de vida para los lienzos, iba apagándose su comprensión y desfallecía su mente, en un sentido de desplegarse hacia búsquedas más allá de lo terrenal. Van Gogh fue un ser alado, voló hacia el tiempo, se alzó en el aire de las sombras, de las clarividencias, de sortear blancos y negros, de apreciar esas estelas de energía con las que el mundo de repente aparece.
País: Estados Unidos. 2018
Duración: 111 minutos
Director: Julián Schnabel
Guion: Jean-Claude Carrière, Julian Schnabel, Louise Kugelberg
Música: TatianaLisovkaia
Fotografía: Benoît Delhomme
Actores: Williem Dafoe, Rupert Friend, Oscar Isaac, Mads Mikkelsen, Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner, Niels Arestrup, Anne Consigny, Amira Casar, Vincent Pérez, Lolita Chammah, Stella Schnabel, Vladimir Consigny, Arthur Jacquin, Solal Forte, Frank Molinaro, Alan Aubert, Vincent Grass, Clément Paul Lhuaire, Laurent Bateau, Montassar Alaya, Didier Jarre, Thierry Nenez, Johan Kugelberg, Alexis Michalik.
Productora: Coproducción Estados Unidos-Francia-Reino Unido, Iconoclast / Riverstone Pictures / SPK Pictures / Rocket Science / Rahway Road Productions. Distribuida por CBS Filmes.
Género: Drama – Biográfico – Pintura – Siglo XIX.
*john.giraldo.herrera@gmail.com
Docente Asociado Universidad Tecnológica de Pereira
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