Papel Salmón
Foto/ Manuel Harlan/Papel Salmón
Daniel Radcliffe and Joshua McGuire en la obra de teatro Rosencrantz & Guildenstern han muerto.
El protagonista de la exitosa saga Harry Potter, Daniel Radcliffe, se para en el escenario del Old Vic londinense para la celebración de su 50 aniversario, con un clásico de la escena contemporánea Rosencrantz & Guildenstern han muerto, del gran dramaturgo Tom Stoppard (Shakespeare in love). En esta obra, de finas y traviesas referencias al teatro y al juego de las representaciones, dos roles secundarios de Hamlet se convierten en los protagonistas, en una ambigua pieza llena de malentendidos y de referencias a lo que pudo estar detrás de una de las grandes tragedias de la escena mundial. El director David Leveaux reconstruye un clásico de los años 60, con la frescura y la profundidad de un viejo loco de la escena.
Foto/ Manuel Harlan/Papel Salmón
David Haig (en primer plano) y la compañía de teatro en la obra de teatro Rosencrantz & Guildenstern han muerto.
“Extraño y encantador, siempre inteligente y a veces conmovedor”.
Evening Standard
Esta endiablada comedia de situaciones tiene como contexto el tras bambalinas de un montaje del ‘Hamlet’ de William Shakespeare, donde toman protagonismo dos personajes secundarios, Rosencrantz y Guildenstern, a quienes el destino les juega desafortunadas e intrigantes situaciones. En una puesta en escena ágil e ingeniosa el director David Levaux mantiene el carácter vivaz de Stoppard y los protagonistas se pasean entre el desconcierto de los eventos y la ceguera del futuro.
Daniel Radcliffe (Harry Potter) construye un ansioso Rosencrantz que sufre de ataques de pánico, mientras que Joshua McGuire (Cinderella; Lovesick) es el irritable y perspicaz Guildenstern. A ellos los acompaña el veterano David Haig (Cuatro bodas y un funeral; Florence Foster Jenkins) con una brillante interpretación de El Actor y empresario de la compañía teatral. Entre gags, disertaciones, silencios y cambios de rol, el joven y cómico dúo tropieza con situaciones inesperadas que los convierte continuamente en actores y espectadores de la obra que se monta en la tras-escena.
Enmarcada con un juego de telones azules que alude a Magritte, diseñado por Anna Fleischle; la música de clarinetes del compositor Corin Buckeridge y una troupe de lúgubres Pierrots, esta versión de la brillante pieza de Stoppard se presenta como una sala de espejos literaria, un laberinto existencial que nos convierte en testigos de una deliciosa y definitiva crisis de identidad.
Foto/ Manuel Harlan/Papel Salmón
Joshua McGuire and Daniel Radcliffe en la obra de teatro Rosencrantz & Guildenstern han muerto.
Rosencrantz y Guildenstern han muerto fue escrita por el dramaturgo británico de origen checo Tom Stoppard en 1966, cuando éste tenía 29 años. Un año más tarde fue estrenada profesionalmente en el Old Vic, entonces sede del National Theatre dirigido por Laurence Olivier, en una versión que le otorgó a Stoppard el reconocimiento mundial. Arraigada en el teatro del absurdo y el existencialismo, la obra fue entonces reseñada en The Observer como "comedia erudita, juegos de palabras etravagantes que saltan de la profundidad al vértigo (…) las vidas de dos compinches de Hamlet convertidas en una fábula existencial endeudada con Esperando a Godot de Beckett, pero más ingeniosa”.
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