El Molinero
EL PREGONERO | Manizales
8:36 p.m., 9:52 p.m., 10:21 p.m. En cada uno de esos instantes la afición gritó fuerte ¡ole! para celebrar que de la banda salían las notas del pasodoble Feria de Manizales. Enrique Ponce, Sebastián Castella y Luis Bolívar le dieron ritmo a una noche de altísimo valor y grandes exposiciones del toreo.
La noche comenzó a las 7:45 p.m. con el ritual en honor de la Virgen de la Esperanza Macarena y a las 8:20 p.m. fue el turno de Enrique Ponce de iniciar una jornada que fue para el festejo del público. Toreó a Collarejo, un novillo de 380 kilos de peso, que le dio recursos a Ponce, quien con suavidad y rayando con la misma perfección, tejió una faena soberbia. Una oreja al torero de Valencia (España) y vuelta al ruedo al astado.
“Pude torear muy a gusto y volver a reencontrarme con Manizales a la cual adoro. Todo es muy bonito”, le comentó Ponce a LA PATRIA en el patio de cuadrillas terminado el festival. Agregó que con la afición manizaleña vive un romance de más de 25 años.
La nota más difícil de la noche estuvo por la salida a la enfermería de Pepe Manrique, que en un descuido, fue atropellado por el novillo Diplomático y con ello una lesión en el brazo derecho que le impidió continuar con la lidia. Enrique Ponce finiquitó.
Clase
A El Juli le tocó lidiar con Pluma al viento, un novillo muy justo de fuerzas con el que exhibió buenos pases. La afición le premió con las palmas.
Dadivoso fue el nombre del novillo de Sebastián Castella, que cuajó una gran faena. Le toreó muy ceñido. Incluso, el animal, en un arranque, con un pitón le rasgó el pantalón de paño. Hubo un manejo ideal de espacios y palmas para el francés.
Grande
Luis Bolívar logró quizás este 2018 su mejor temporada en Manizales en años. El torero nacionalizado colombiano logró indultar al quinto de la noche, Misionero, de 418 kilos de peso. Fue tremendista y le puso el alma a una faena que el público quiso reconocer con la petición del indulto a la que la presidencia accedió a pesar de la petición del ganadero por llevar a cabo la muerte del novillo. Bolívar le tapó los defectos al astado y con ello demostró que torero hay para muchísimo rato.
Cambio
Siete novillos de corrieron anoche. El primero de Andrés Roca Rey, Gandolín, de 424 kilos, tuvo que regresar a los corrales por una lesión en su remo delantero izquierdo.
El animal sobrero, Pozole, de 400 kilos, llegó al ruedo. Roca Rey lo toreó con suma cadencia. El Gato Montés sonó a las 11:00 p.m. y con los oles del pasodoble se sincronizaron los oles en el ruedo. José Antonio Campuzano, su apoderado, le dio a LA PATRIA, al terminar el festival “que se debió premiar con una oreja la labor de Andrés”.
A las 11:15 p.m. terminó un festival benéfico a buena hora que dejó contenta a la afición.
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