Un 'gordo' que quiere la gente

Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA

El subalterno Hernando Franco clava las banderillas al cuarto ejemplar del sábado pasado.

EL PREGONERO | Manizales

Hernando Franco es un fenómeno cada temporada taurina de Manizales. Su fama no se identifica con el nombre, sino por su contextura física. Lidia con sobrepeso corporal y por eso cada vez que es su turno para banderillear los aficionados manizaleños gritan al unísono: ¡Gordo, gordo, gordo!

Poca atención presta él a estos comentarios hasta después de ejecutar su suerte. Eso sí, sabe que la gente lo hace con cariño. “No puedo defraudar esa gente que arriba grita 'gordo, gordo', y sé que lo hacen con cariño, pero también debo demostrarles que este gordo funciona y por eso hay que hacerlo bien”, explica.

“Soy consciente de que soy obeso, con bastante kilos y gracias a Dios lo sé manejar”, añade Franco.

La historia taurina de Hernando comenzó temprano en su infancia cuando pensó en ser torero. Su familia lo apoyó. Sin embargo, a los 26 años, y al ver las pocas oportunidades, optó por dar medio paso al costado y dejó el sueño de ser matador de toros para seguir involucrado como subalterno.

A sus 43 años de edad, este bogotano sabe que es un compromiso atender las exigencias de toro y torero, por encima de cualquier momento de clímax en los tendidos.

Incluso, recuerda sus inicios. “Comencé a los 12 años a torear. Mi primera novillada en Bogotá, con caballos, la tuve a los 15 años y de ahí para arriba... Imagínese”.

Agrega que tiene corazón caldense y pertenece al lugar donde cumpla sus labores toreras.

Finaliza diciendo que es su tarea bajar de peso y es consciente de que a los matadores de toros les molesta que él “se robe el show”.

Hernando Franco decidió ser subalterno en el 2000.