Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA
El Juli triunfó anoche luego de cortarle las dos orejas al toro Segador, de 452 kilos. Toreó suave y embarcó al animal en la muleta. Mostró temple.
El Molinero
EL PREGONERO | Manizales
A las 7:30 de la noche de ayer la lluvia arreciaba sobre la arena de la Plaza de Toros de Manizales. Sin embargo, la fiel afición local llenó los tendidos y no se movió un ápice para observar un Festival Taurino con un cartel de lujo.
El encierro de Ernesto Gutiérrez fue complicado. Por momentos, la mansedumbre se paseó campante por la arena, mientras que en otros periodos hubo bravura y casta.
Pepe Manrique tuvo que lidiar con un toro y con la lluvia, en una arena que era más un barrizal. Morante de la Puebla no pudo ejecutar gran cosa porque el toro no fue generoso con él.
El Juli encantó con su forma de torear a la verónica y llevar la muleta, lo que le valió dos orejas y el triunfo.
Por su parte, Sebastián Castella batalló como pudo ante un ejemplar que acudía sin convencimiento y sin acierto a los llamados del matador francés.
Miguel Ángel Perera demostró que está para entregar más y eso lo puede hacer en la corrida de esta tarde.
A Luis Miguel Castrillón le salió un buey. El animal más manso de la noche puso al antioqueño en calzas prietas para ejecutar la suerte suprema luego de dos avisos.
La noche concluyó con el rejoneo de Pablo Hermoso de Mendoza, quien no pudo encelar el toro con la cabalgadura, a pesar de sus recurrentes intentos y mala suerte en el rejón de muerte. Previo a ello, se llevó a cabo el forcado portugués, sorpresa de la empresa para la noche. La pega de los lusos terminó bien en su primer intento cuando el forcado de cara se prendió con fuerza sobre la testuz del séptimo novillo toro.
El cartel tuvo una modificación ayer en la mañana dada la incapacidad médica de Andrés Roca Rey a raíz del incidente del jueves pasado. Lo suplió Luis Miguel Castrillón.
El torero colombiano Pepe Manrique tuvo que torear en un auténtico lodazal. A pesar de las condiciones del ruedo, se las ingenió para llevar las primeras chispas de emoción a los tendidos.
Miguel Ángel Perera regresó para demostrar de qué está hecho con capa y muleta. Ante el quinto de la noche, Canastero, cuajó buenas series en una faena que se extendió un poco más de la cuenta.
Los forcados portugueses actuaron en el séptimo ejemplar de la noche. La pega que realizaron fue satisfactoria, pues el octeto logró retener al toro según se establece en esta tradición lusitana.
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