LISET ESPINOZA
LA PATRIA | MANIZALES
"No podés mostrar eso tan horrible. Víctor, vos cómo le arrojás a la gente esto tan directo, esa realidad, el cine y el arte es elaboración, esto no está elaborado". Esas frases las escuchó Víctor Gaviria, director de cine colombiano, cuando le mostró a unos amigos La vendedora de rosas, película estrenada en 1998.
Hoy, 19 años después, pienso igual que sus amigos, pero con La mujer del animal, su más reciente filme estrenado el pasado 9 de marzo en Colombia. Una cinta fuerte por la realidad que muestra, escenas sin filtro que atrajeron a 1.200 espectadores que llenaron el aforo del Teatro Los Fundadores en la noche del pasado martes, donde se presentó sin costo.
Víctor estuvo presente. Desde ese día está en Manizales dictando un seminario de dirección cinematográfica que culmina hoy. En dos horas los espectadores se concentraron en Amparo, una joven de 18 años, maltratada física, sexual y psicológicamente por Albeiro, conocido como 'El animal' en una comuna de Medellín, quien a las malas la vuelve su mujer.
Diálogo
-¿Cómo nace la historia de La mujer del animal?
Pasa por una casualidad. Estaba haciendo un documental y alguien nos quiso mostrar la maldad que hay en los barrios. Era un tema de alguien que asesinaba bandidos, no sabíamos si era un asesino o un justiciero. Entonces nos llevaron a donde una señora que se presentó como la mujer del animal y nos cuenta la historia. Fue tan fuerte ese testimonio, tan consciente ella de contarlo frente a una cámara que se emocionó. Después vi la grabación y me dije qué historia tan importante. La llamé, hablamos y le dije que quería hacer la historia. No se opuso, me ayudó, fue un encuentro maravillo.
-¿Cuál es su película más polémica?
Todas son polémicas, qué cosa tan verraca. Cuando saqué a Rodrigo D empezaron a decir que hablaba mal del país y estuvo censurada por algunos años. Lo mismo pasó con La vendedora de rosas. Soy acusado siempre de que no elaboro. Con Sumas y restas, y ahora con La mujer del animal, también hay polémica, pero con esta última ha sido la peor de todas. Al mismo tiempo he encontrado comprensión de las mujeres y eso nunca me había pasado. Encontrarme con niñas, jóvenes de 18 años o mujeres de 30 o 40 años que me agradecen por haber hecho la película. Es extraño porque he sido muy atacado por la crítica colombiana de cine, pero al mismo tiempo he recibido artículos extraordinarios de gente que no es especialista en cine, que ven en la película otras cosas que no ven los críticos.
-¿Una vez termina el rodaje, qué pasa con esos personajes?
Es un impacto fuerte estar como actor en una película de estas porque se crea una mística entorno a su realización. Hay un casting muy competido, riguroso y en general queda una buena amistad. Por ejemplo, con la mamá del animal que se llama Aurora, a quien le decimos La Pochola, es una señora que quiero mucho y de tanto conversar y de vernos quedó una obra de arte entre los dos. No sé si vayan a ser actores en un futuro porque tiene vidas distintas, pero agradezco haberlos conocido, por ellos conozco Medellín.
-Hacer cine es difícil en Manizales. ¿Qué decirle a quienes quieren hacerlo para que no desfallezcan y proyecten una ciudad distinta?
Lo que les aconsejo a todos esos muchachos es que sí existe un camino para el cine en Colombia. No estamos como en otros países o en otras épocas. Tenemos la Ley del Cine que año tras año hace convocatorias de cortos, documentales, largometrajes, de guiones, hay que conocer esas convocatorias para saber cómo participar en ellas, es todo un trabajo para aprender. Deben sentarse a escribir guiones y enviarlos a esas convocatorias, se sabe que es competitivo, pero si se gana se dispara la posibilidad de tener tutores extraordinarios. Al principio deben aprender a narrar, a conocer el lenguaje y la historia del cine, empezar hacer los trabajos que de alguna manera expresen algo y que vayan descubriendo una personalidad, un lenguaje propio.
El casting
El director no pone a actuar a la gente. Lo que le cuentan y la manera de hacerlo le indica si es o no un actor natural. Según él, buscar al animal fue difícil. Debía tener características como haber estado en algún grupo de ilegalidad, de delincuencia, que supiera estar al otro lado de la ley. Lo mismo pasó con la mujer del animal. Debía decirles quién era era el animal y al solicitar que se quedaran quienes hubieran pasado por algo similar muchas permanecieron en el sitio.
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