Una experiencia de contrastes en Perú

Alba Nelfy Bernal Orozco*

LA PATRIA | Lima

Salvo Cali–Lima, Lima–Cuzco, viceversa, Puno–Lima y Nazca, cuyos viajes hicimos en avión, Vallestas y Titicaca en lanchas rápidas y Machu Picchu en tren, el resto de recorrido, se hace por vía terrestre; todo hay que decirlo las carreteras excelentes, no son doble calzada, ni autopistas, pero sí bien asfaltadas, anchas, sin baches, el único pero, es la basura a la vera del camino, enemil arrumes de papeles, vasos y bolsas plásticas, desechos, escombros, un poco parecido a lo que se vive en nuestro país, cuando se viaja hacia la Costa Atlántica, seguramente también debe ser basura acumulada, durante años y años de dejadez estatal y ciudadana.

Asimismo podríamos hablar de que los poblados están a medio construir, indefectiblemente las casas que se construyen a lado y lado de las carreteras en adobe, solo tienen un piso, y se ven las columnas para una posible segunda planta, tapadas con plásticos, dando la impresión de que son muñones, visión que repite a lo largo de los caminos; y en las vastas praderas sin cercas ni alambradas, se ven pastando ovejas y vacas, cada una amarrada con lazos a troncos, para permitir su movilidad y evitar que se escapen o se salgan a la carretera.

Otra característica de todas estas casas en las carreteras -y cuando afirmo que todas, es real-, es la publicidad política, sus fachadas sirven de lienzos para consignas, invitaciones, dibujos de candidatos, partidos, todo con colores encendidos que por supuesto resaltan y es inevitable leer.

Cuando visitamos esas latitudes, recién había culminado el Foro mundial por el cambio climático en ese país y por ello en algunas paredes del centro de la ciudad se leía: ‘Dios perdona siempre, el hombre algunas veces, la naturaleza, jamás.’ y ‘Cambiemos el sistema no el clima.’

No sabemos si por las altas velocidades o por alguna otra razón, pero según los homenajes, son muchos los accidentados en estas carreteras, pues es muy común ver los homenajes a los muertos; pequeños altares, con vidrios, adornados con cruces, flores reales o de plástico, lo curioso además del colorido es que podríamos hablar de cientos a todo lo largo de las carreteras con sus respectivos nombres y a veces, dos, tres o más, en el mismo lugar.

Términos curiosos

Al entrar a las ciudades ya sea grandes o pequeñas, se observan en los techos de las viviendas un par de figuras, como salvaguardando los hogares, son los llamados toritos de Pucará, fabricados en cerámica, decorados con figuras geométricas y chalina en el cuello, que custodian una cruz y un cuenco también en barro, el cual contiene flores y distintos alimentos deshidratados como el maíz, este conjunto simboliza la prosperidad y el bienestar.

Es muy curioso observar los nombres de las tiendas en poblados y ciudades, incluida Lima: tornería, churrasquería, sanguchería, salchipapería, yesería, pollería, chicharronería, maderería, bloquetería, seguramente esa desinencia del verbo sea correcta en muchos casos, nosotros por ejemplo decimos marquetería, panadería, sin embargo no deja sonar raro y hasta gracioso. Otro término utilizado es el ‘recojo’: ‘El recojo para ir al aeropuerto es a las 7:00 de la mañana’ Así mismo se lee en algunas partes: ‘Guardaje de vehículos’ y ‘Prohibido el arrojo de basuras en este lugar’.

Museos eróticos

En Lima y Cuzco y otras poblaciones visitamos varias iglesias, museos, conventos, joyas arqueológicas, ruinas preincaicas, de las cuales también se encuentra mucha literatura. De lo que poco hemos escuchado, es de la colección de arte erótico, fabricado por mujeres que se encuentra en el Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera, una mansión colonial construida sobre una pirámide precolombina del siglo VII. Cuenta con 45 mil piezas de arte precolombino, la mayoría perteneciente a la cultura Moche o Mochica, que se desarrolló en los siglos I y VIII.

“… Las figuras eróticas, denominadas Huacos, muestran el alto grado de desarrollo de esta sociedad en su expresión artística y escultórica, y se caracterizan por la representación de los órganos genitales masculinos y femeninos de forma exagerada, así como las diferentes formas y posturas de apareamiento… Como veis son piezas raras y muy expresivas, ya que representan abiertamente las prácticas sexuales en sus diversas posiciones, relaciones heterosexuales y homosexuales, masturbaciones, escenas de sexo oral, así como personajes con falos exagerados otorgando un aura de poder y dominación…” Suficiente con esta descripción, tomada de Internet y firmada por Luzk Increíble, hay en Lima un parque de los gatos, si, comprende manzana y media, llena de mininos de todos los colores, pintas y tamaños; estos felinos, fueron adoptados por una ONG, que les provee de alimento y cuidados veterinarios; los paseantes solitarios o acompañados, pasan las tardes acariciándolos, viéndolos jugar y trepar a los frondosos árboles, pues ni ariscos ni ofensivos, muy por contrario, demasiado amistosos.

Música tradicional

Y a propósito, cómo pasar por alto el respeto por su música autóctona; en hoteles, restaurantes, centros artesanales, tren, centros comerciales, parques siempre escuchamos música andina, inclusive en uno que otro sitio, la música es en vivo, punto muy a su favor, pues demuestra un gran respeto por los ancestros y el cultivo de la música tradicional, herencia para las nuevas generaciones; en Colombia escuchar un pasillo, una guabina, un bambuco es casi misión imposible, solo en colecciones privadas y en una que otra emisora y eso al amanecer, de resto por donde se camine, y en lo que se transporte, hotel o sitio recreacional que visite: reggaeton y bachata y a todo volumen.

Finalmente regresamos a Colombia y no puedo pasar por alto el recorrido Cali-Manizales. Doble calzada, puentes peatonales, señalización, hermosas casas de campo a la vera del camino (terminadas), cultivos bien cuidados, limpieza total, en fin que recorrer toda esa vía, también es una muy agradable experiencia.

*Periodista–Lic. En Filosofía y Letras albanelfy@hotmail.com