Fe y cultura, en la Noche del Fuego

LUIS FERNANDO RODRÍGUEZ

LA PATRIA | SALAMINA

Colombia, como otros países del mundo, celebra cada 8 de diciembre el Día de la Inmaculada Concepción, de las fiestas más tradicionales del calendario católico. Su génesis es el dogma proclamado por el Papa Pío IX en 1854.

En el municipio de Salamina, las Fiestas de la Inmaculada Concepción las estableció el Padre Barco, quien llevó la imagen que se venera en el altar mayor de la Basílica Menor, y organizó una junta de obreros para hacer las fiestas.

La celebración comienza el 29 de noviembre y concluye el 8 de diciembre con misa, procesión y juegos pirotécnicos.

Tradición

En el 2002 surgió la Noche del Fuego, propuesta de la Fundación Calicanto para unir el patrimonio material e inmaterial. Ese año se encendieron siete mil faroles y la meta de este fueron 50 mil, dijo María Elena Vásquez, coordinadora de la Casa de la Cultura.

Esta celebración ha permitido el fomento de la creatividad y la cooperación entre vecinos de los barrios, en torno al arreglo y decoración de las cuadras. Este año fue la versión XVI organizada por la Casa de la Cultura Rodrigo Jiménez Mejía y apoyada por la Gobernación de Caldas, Alcaldía, Cámara de Comercio e Industria Licorera de Caldas.

El recorrido por las calles del pasado jueves lo acompañó una chirimía y circo; también hubo concierto en el parque del cementerio a cargo del Grupo Antología de Manizales y presentación en la plaza de Bolívar del Ballet Folclórico de Antioquia. El cierre fue con juegos pirotécnicos.

Anoche se presentaron en concierto, en la Basílica Menor, el compositor manizaleño residenciado en Nueva York, Julián de la Chica, y la soprano Rachel Hippert. San Félix también conmemoró la Noche del Fuego.