LUIS LÓPEZ CARMONA
LA PATRIA | MANIZALES
La propuesta conjunta de la OCDE y el Banco Mundial de "introducir un grado 12 de escolaridad o un año-puente opcional entre los estudios secundarios y superiores, y proporcionar a los estudiantes mejor información sobre cuáles son los programas más adecuados para ellos" genera opiniones encontradas entre expertos de Manizales. La intención de la propuesta del grado 12 es, en principio, preparar mejor a los estudiantes para aumentar la calidad de la educación superior y se disminuya la deserción universitaria, teniendo como primer fundamento "que las personas en Colombia terminan el bachillerato a los 16 años, con menos años de educación que la mayoría de sus homólogos internacionales. En segundo lugar, el sistema secundario sí tiene falencias", establece la recomendación del informe. Igualmente se tiene que considerar que a los 16 los jóvenes están tomando una decisión de vida.
Claudia María Agudelo, coordinadora del Observatorio de la Calidad de la Educación y gerente de la Fundación para el Desarrollo Educativo de Caldas (Fundeca), considera, sin embargo, que los problemas son de fondo: "provienen desde la base porque, según el Estudio Internacional del Progreso en Competencia Lectora (PIRLS), el país sacó muy bajas calificaciones en lectoescritura; quedamos en los últimos 10 puestos de una lista de 49 países. Por eso se debe reforzar la básica primaria". De todas formas indica que es un riesgo afirmar a la ligera que la recomendación es buena o mala, sin estadísticas ni pruebas.
Pros y contras
Cristóbal Trujillo, rector del Instituto Universitario y presidente de la Asociación de Directivos Docentes de Caldas (Asdecal), piensa que la recomendación es viable, pero no considera pertinente que sea para retener estudiantes o dictar las mismas enseñanzas que en el resto de bachillerato."Ese grado 12 sería maravilloso en la medida que se perfile como articulación con la universidad, como una orientación profesional en el colegio y como intensificación en áreas preuniversitarias (matemáticas fundamentales, inglés básico y programación)", argumenta. Ahora bien, considera que llevado a la aplicación "es impertinente porque tenemos un Estado que demuestra dificultades para sostenerse, por eso soy escéptico. Si se basan solo en que los estudiantes salen de 16 años, el proyecto no causaría un efectos, solo habría gasto de dinero innecesario".
Wilson García, presidente de Educal, considera que se trataría de una caricatura: "No hay condiciones económicas ni infraestructura porque se necesitarían más maestros y el Gobierno ha disminuido la nómina del sector oficial argumentando que no hay estudiantes para tantos docentes". Hace énfasis en que primero se debe evaluar el modelo de educación que ha adoptado la ciudad, pues para él es ese el problema, más allá de que se implementen o no grados complementarios. "En Manizales la educación está monopolizada por los empresarios, que no priorizan en conocimientos sino en competencias. En los colegios que implementan grados complementarios o formaciones técnicas, deberían someter la educación a una evaluación, sin decir que sea buena o mala, pero aquí no les interesa desarrollar la ciencia e investigación, sino que se genere mano de obra barata. La educación siempre será el motor de desarrollo de la sociedad, pero no como está diseñada".
La secretaria de Educación, Maria Aracelly López, cree que es un acierto desde el punto de vista de desarrollo humano y pedagógico, pero si hay buena planeación. "Debería tener connotaciones curriculares y pedagógicas muy bien pensadas, que la inversión sea para entregar a los jóvenes preparados en competencias ciudadanas, fortalecerlos en lengua castellana lo que corresponde a lectura, escritura y comprensión lectora, en los conocimientos que requieren para la carrera o la elección de educación superior por la que se vayan a inclinar".
Ana María González, gerente de la Fundación Lúker, es optimista: "Se debe evaluar la propuesta para conocer si nos trae cosas buenas para la educación básica. Para nada la disculpa puede ser que no hay recursos para desechar propuestas que puedan mejorar la calidad de vida y educativa, que impulsen el desarrollo social y económico. Debe haber voluntad política y los sectores público y privado deben unir esfuerzos".
El caso de la Normal
En Manizales la única institución educativa que ofrece grados complementarios -12 y 13- es la Escuela Normal Superior. Andrés Felipe Bermúdez estudió allí porque lo atrajo la idea de alcanzar en poco tiempo la titulación de normalista, en el ámbito nacional. "Aunque es un nivel más bajo que el de licenciado, me pareció interesante. Esos dos años son para profundizar y aprender lo necesario", dice. El énfasis del colegio es en pedagogía, y lo realizan en grado 10 y 11, mientras que los dos siguientes son opcionales y se les homologan algunas materias. "Lo mío era ser profesor y quise ser normalista porque lo podía hacer en poco tiempo y a un costo razonable. Además, si me presento a las pruebas de Estado y me aceptan, me ganaría $1 millón 100 mil de salario, mientras que un licenciado en primer nivel del escalafón docente se gana $1 millón 500 mil pesos", precisa el joven de 21 años.
El campo de acción de un normalista es preescolar y primaria básica. Andrés hace diligencias para estudiar una licenciatura el próximo semestre y ya le indicaron en la Universidad de Caldas que le homologarían, por eso su motivación de continuar. "Trabajé un año enseñando en el Ceder gracias a los grados complementarios que cursé". Así mismo manifiesta que quiere continuar el orden lógico de la pedagogía.
Martha Bedoya es madre de Alexandra, niña que estudia en la Escuela Normal Superior de Manizales. La mamá dice gustarle los grados complementarios por considerarlos un escalón para que su hija salga bien preparada y con titulación de docente; no le preocupa el aumento de gastos económicos, pues se trata de un beneficio para Alexandra. "Es una opción más fácil para conseguir empleo, pero no estoy de acuerdo que haya padres que entren sus hijos a la Normal si ellos no quieren ser profesores, mientras le están quitando cupos a estudiantes que les gusta la pedagogía", explica. En cuanto a los grados complementarios en todos los colegios, cree que sería un gasto innecesario y pérdida de tiempo para los alumnos. "Si el grado 12 no les sirve para salir preparados para una profesión, sería algo sin sentido".
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