Gilberto, entregado a la educación en Chinchiná

MARÍA PAULA GUTIÉRREZ Y KAREN DAYANA JARAMILLO

LA PATRIA | CHINCHINÁ

El secreto del mejor profesor de Chinchiná es la pasión por la educación. Gilberto Vargas Flórez cree que sin este y el trabajo en equipo no hubiera sido posible recibir su reconocimiento como el más destacado del municipio este año.

Su trabajo académico demostraron innovación, creatividad y permanente gestión en su labor como docente en la Institución Educativa Santa Teresita. Su participación se ha destacado en proyectos como el Cubo de Rubik (2015-2016), Diseño de estructuras (2015-2016) e impresión 3D (2017). Estas investigaciones del programa Ondas, de Colciencias, han sido expuestas en México y Japón.

Sobre la educación opina: "Es importantísimo lograr la suma de nuestros esfuerzos como comunidad educativa para que sea cada vez mejor, y buscar que sea el espacio para encontrarnos con nosotros mismos, para trazarnos metas y retos que nos ayuden a cumplir nuestros sueños".

Las estudiantes y corresponsales de Prensa Escuela María Paula Gutiérrez y Karen Dayana Jaramillo entrevistaron al profesor Gilberto.

¿Considera que a nivel educativo hay diferencia en el aprendizaje entre hombres y mujeres?

Las diferencias son culturales, parten de percepciones subjetivas, he tenido estudiantes que son mujeres intelectualmente brillantes, y hombres iguales. Sin embargo la sociedad los estimula diferente, tenemos el caso en el municipio y el país de un enorme desperdicio de talento que deberíamos cuestionarnos seriamente.

¿Qué le diría a padres y docentes para mejorar en educación?

El docente debe enseñar, el estudiante aprender y el padre de familia y la comunidad apoyar y acompañar, cada uno aporta. El estudiante debe concientizarse de su proceso de aprendizaje y la sociedad impulsar el sistema educativo para que los jóvenes avancen humana y académicamente tanto como sea posible, todos estamos llamados a orientar el proceso educativo de los jóvenes ya que esto influye positivamente en su formación.

¿Qué logros cree que lo han llevado a ser reconocido como el mejor docente del municipio?

Sin duda, entender que ser docente es más que impartir clases y orientar contenidos, el asunto va más allá, por eso he impulsado equipos de trabajo con maestros y estudiantes en actividades que trascienden el aula. A través de los proyectos del programa Ondas logramos potenciar nuestras oportunidades como comunidad educativa, pues nos planteamos retos y metas que siempre procuramos llevar tan lejos como sea posible.

¿Cómo es Gilberto de papá?

Mis hijos me han enseñado a ser mejor maestro, lo que hago como padre trasciende al terreno educativo y viceversa, mis estudiantes me han enseñado a ser mejor padre, a entender que todo acto educativo debe partir de un mutuo acuerdo y construcción en el que las partes comprenden que todos aprendemos de todos siempre.

Es ingeniero químico ¿por qué decidió dedicarse a la educación?

Los estudios de una persona son un pilar, pero definitivamente son sus vivencias, su vocación e intereses primarios lo que determina a qué se va a dedicar realmente, claro que me interesa la ingeniería y la industria, pero considero más importante aún la ingeniería humana y la educación de buena calidad que es donde siento que puedo aportar más de acuerdo a las experiencias de vida que he tenido.

Monta mucho en bici ¿Qué se siente recorrer así el municipio?

Es toda una historia, todo empezó porque un día me cogió la tarde y la cicla era lo que tenía a la mano. Empecé a usar la bici para ir y volver del colegio y se ha convertido en un buen hábito, que además se facilita porque nuestro municipio es plano y es una buena forma de sumar algo de ejercicio diario y evitar el uso innecesario de otro tipo de vehículos.

¿Qué hace en sus ratos libres?

Todos los seres humanos tenemos múltiples obligaciones y responsabilidades, pero más allá de eso, disfruto mucho leer y escribir, compartir en familia, viajar y hacer proyectos, en particular con mis hijos.

¿Qué le disgusta?

Como maestro, sin duda, que no pueda desarrollar la clase, a veces una sola persona hace la diferencia y logra con su actitud que las cosas funcionen o no. Incluso cuando se construyen buenos ambientes de clase surgen otras visiones e ideas que ayudan a que todo funcione mejor.

¿Qué lo hace feliz?

Trabajar con jóvenes que disfrutan aprender, que quieren saber e ir más lejos con el conocimiento, por eso encontrarme con tantos jóvenes y tener la posibilidad de verlas aprender y hacer parte de su proceso educativo me alegra la vida.