Andrés Rodelo
LA PATRIA | MANIZALES
El grupo de WhatsApp que tiene la familia de D'angelo Clavijo se volcó alrededor suyo en la noche del lunes. Todos querían felicitarlo por ser el mejor examen de admisión de la U. Nacional en Caldas y el segundo del país.
Su primo Santiago, quien pronto será padre, estaba tan feliz que le escribió: “Usted va a ser el padrino de bautizo de mi hijo”. Horas antes, el estudiante del colegio Gerardo Arias, de Villamaría, estaba en la casa de un vecino.
Le ayudaba a hacer un trabajo en un computador. Consultó cómo le fue en la prueba durante un receso. 1.039, el puntaje que le mostró la pantalla. “Me puse a saltar como un loco. Fui a la casa y le conté a mi hermana. Ella también se puso a saltar”, cuenta.
María Paulina, su hermana, le jugó una broma a su madre, Alba Rocío. La llamó: “Mami, a D'angelo le fue muy mal. Está llorando”. Ella no le creyó, pues esperaba un buen resultado. “Mentira, mami, es el mejor de Caldas y el segundo mejor del país”, doña Alba tampoco le creyó.
Ejemplo
Ayer fue una mañana soleada en Villamaría. Alumnos y sus padres entraban y salían del Gerardo Arias con motivo de la entrega de calificaciones. “Se tiene que poner las pilas y hablar con la profesora”, le dijo un padre a su hija con firmeza mientras abandonaban la institución.
D'angelo llegó a las 8:45 a.m. Doña Alba, María Paulina, sus tías Luz Estella y Sandra y su prima Sofía estaban con él. “Venimos todos porque estamos muy orgullosos”, comentó Sandra.
En un cubículo al lado de la cancha estaba el profesor Orlando Calderón. “Vea, señora, él tiene todo este tiempo para recuperar. De él depende ganar el año”, le expresó a la madre de un estudiante, mientras D'angelo esperaba en la fila.
Cuando llegó su turno y el educador lo vio, cambió la expresión seria por una sonrisa. “Este es una figura”, le indicó mientras se sentaban él y su madre. “Usted va a llegar muy lejos. Es persistente e inteligente. Va a tener sorpresas en la graduación y en la noche de los mejores”, le aseguró, mientras doña Alba apretaba la mano de su hijo y lo miraba.
Su padre le puso D'angelo, pues le pareció un nombre original. Hoy marca diferencia con el estudio. “A mí sí me gusta aprender. Me mato estudiando y me va bien. Me encanta la matemática”.
“¿Qué va a estudiar?”, le preguntan. “Quiero Medicina, en la U. Nacional sede Bogotá”. “Es increíble tener un hijo tan brillante, pero siempre le digo que sea sencillo. Siempre he creído en él, pero no quiero que se le suban los humos”, afirmó doña Alba.
Profesor Orlando Calderón: “Lo felicito, hermano, porque usted es un ejemplo para los grados inferiores. Aproveche sus conocimientos para alcanzar los sueños que tiene. No se vaya a desviar”.
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La mamá, la hermana, dos tías y una sobrina acompañaron ayer a D'angelo a la entrega de notas.
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