41 días para salvar el año

Andrés Rodelo

LA PATRIA | MANIZALES

Perder un año es tirar a la basura tiempo y dinero. Los esfuerzos del padre de familia y del estudiante (si existieron o no) habrán sido en vano: útiles escolares, jornadas de estudio, etc.

Pero lo peor es el fracaso, saber que el alumno se retrasará en sus planes de vida. Si está preocupado porque las malas calificaciones de su hijo anuncian que, probablemente, tendrá que repetirlo, sepa que está a tiempo de evitarlo. Ayer empezó el último periodo escolar, es decir, tiene 41 días para que se ponga al día.

Sin embargo, hay que aclarar que esto es un recurso de última hora. Estas no son horas de querer salvarlo, según los expertos. “Hay que trabajar desde el principio y no dejar para el final las maneras de ganarlo”, afirmó Zulema Rodríguez, profesora del Departamento de Estudios de Familia, de la U. de Caldas.

Laura Yepes, magíster en Psicología Clínica y rectora del colegio Mundos Posibles, asegura que repetir no es la salida. “Es importante que el estudiante siempre tenga oportunidad. Si agotó todos los recursos y no recuperó hay que intervenirlo con un currículo flexible, pues podría tener un problema emocional o de aprendizaje”.

“Si el alumno no pudo y pierde el año, mucho menos podrá volviéndolo a cursar. Esa no es la solución”, agregó Yepes.

La culpa, no necesariamente, es del joven. Los profesores también pueden ser responsables. Por eso el siguiente plan de emergencia es para estudiantes y educadores.

Pierde el año

El artículo 9 del Decreto 230 del 2002 establece estas causales para que un alumno pierda el año:

- Estudiantes con nota insuficiente o deficiente en tres o más materias.

- Estudiantes con nota insuficiente o deficiente en matemáticas y lenguaje durante dos o más grados consecutivos de la Educación Básica.

- Estudiantes que faltaron injustificadamente a más del 25% de las actividades académicas durante el año escolar.