30 derechos que movieron al colegio Pablo VI

LA PATRIA | MANIZALES

En el martes de celebración de los Derechos Humanos no hay frontera invisible en Barrios Unidos, de Manizales. En cambio hay disfraces, carteleras y 30 derechos inquebrantables que los niños del colegio Pablo VI enseñan a sus vecinos.

Los de la escuela desfilaron hasta la cancha, en la que se han presentado confrontaciones entre combos delincuenciales. Gloria Nancy Loaiza tiene a sus hijos estudiando en el Pablo VI y piensa que estas actividades escolares dan valores a su comunidad.

"Soy del sector y no todas las personas estamos en el conflicto. Aunque no queremos estar ahí, a veces nos involucran por una bala perdida o algún problema. Es bueno que el mismo barrio entienda que estos derechos se vulneran por la dificultades de la comunidad".

La cancha y sus alrededores son espacios sanos, en el que los niños se divierten y comparten. "Entendamos que son los más vulnerables. Desde que están en el vientre tienen derecho a vivir, a estudiar, a tener una familia y una sana recreación. El colegio busca que tengan bases y que reafirmen que tienen estos derechos".

Los derechos los expuso cada sede del colegio Pablo VI. La rectora, Lucy Magdalena Correa, afirmó que los Derechos Humanos son la base esencial de la formación de estudiantes que están en una comunidad tan difícil, en la que hay reclamar sus valores y los derechos que reclamen.

La rectora destaca el apoyo de los padres de familia, que los acompañaron en la jornada y de los docentes que hicieron posible el desfile anual.

Algunos de estos derechos a la no discriminación, a la vida, a la salud, a la educación, a no ser torturado, a la vivienda, al trabajo, a la libertad de pensamiento y a la cultura.

Antonio Henao, derecho a la vida

Es importante porque tenemos derecho a nacer y vivir.

María Antonia Flórez, derecho a la vida

Los niños tienen derecho a vivir y a estudiar.

Juan José Tapias, derecho a la salud

La salud debe estar siempre con nosotros. El Gobierno no puede robarse la salud, para gastarla en fincas mientras nosotros sufrimos.