¡A vender la Zona Franca!

La decisión ya está tomada y no se le deben dar más vueltas: la Zona Franca Andina de Manizales (ZFA) debe ser vendida lo más pronto posible, y enrrutar todos los esfuerzos hacia la concreción de un buen negocio que permita recuperar la inversión y hasta lograr algunos beneficios adicionales. No le hace ningún bien al proyecto que se sigan criticando cosas que ya no pueden modificarse, es fundamental no seguir con ese dañino espejo retrovisor que solo sirve para entorpecer la idea de encontrar un privado con experiencia, que se encargue de ponerle alas.

El Concejo de Manizales no puede convertirse en un escollo adicional al accidentado camino que ha tenido esta iniciativa. Por el contrario, de su seno deberían salir las propuestas que la enriquezcan y la hagan más atractiva para cualquier inversionista. La insistencia acerca de los problemas de la ubicación solo son un ruido malsano y sin lógica que tiene que cesar. Tal vez sea cierto que hubo errores en el pasado, pero de nada sirve llorar hoy sobre la leche derramada. Igual pasó con Aerocafé, pero la idea ahora es poder sacarlo adelante sin más tropiezos.

Si el lugar en el que está la ZFA no fuera bueno, empresas como Súper de Alimentos y Colombit, por ejemplo, que están desarrollando ambiciosos programas de expansión en la zona de Maltería no se habrían atrevido a ejecutarlos. A futuro, con una nueva vía a Bogotá como está previsto, nuestra zona franca tendrá ventajas comparativas con enormes beneficios. No hay duda de que cualquier empresa que se establezca allí puede lograr sus metas de competitividad.
 

El tema de las malezas en los lotes es algo que puede solucionarse de manera muy fácil y sencilla, en lo cual la gerencia del proyecto está en mora de actuar, pero la esencia de lo que allí se tiene planeado sigue intacto, por lo que no vale la pena armar una tormenta en un vaso de agua. Ya se tiene una vía de acceso de excelentes especificaciones, el cerramiento general y los sistemas de iluminación, con lo que solo resta que se empiecen a asentar allí las empresas que quieran beneficiarse del régimen franco, con impactos muy positivos en materia de tributos.

Se ha hablado de precios que irían hasta poco más de $23 mil millones. Lo que se debe hacer es comenzar de inmediato el proceso de oferta, con tal de asegurar que haya un arranque pronto, con el que también se garantice que se genere un nuevo polo creador de empleo y de crecimiento económico. El potencial de ese proyecto es innegable, Manizales necesita que se vuelva una opción real de desarrollo y no debe dejarse pasar más tiempo sin que arranque a andar con la fuerza que se necesita.
 

No creemos viable la alternativa de liquidación, que solo sería la última opción en caso de que no aparezca pronto el inversionista que ponga en funcionamiento el proyecto. Hablar de elefantes blancos en estos momentos resulta claramente exagerado y lo único que hace es manchar injustamente una iniciativa que podría ser muy positiva para consolidar a Maltería como la zona industrial más importante del Eje Cafetero. Tener ya el visto bueno de la Dian para comenzar a operar es una gran ventaja que debe aprovecharse.

Las zonas francas en el país se caracterizan por ser proyectos privados, apoyados por el Estado. Eso es lo que se debe buscar acá, que llegue un particular con músculo financiero y con experiencia en este tipo de iniciativas, que cuente con el respaldo de los gobiernos locales para un impulso que nos será grato a todos. La ZFA tiene el camino despejado para seguir con su venta, ya que logró acuerdos sensatos con Gensa para pagar las deudas por $1.729 millones, por las que sus cuentas estuvieron embargadas meses atrás. Cada día que pase sin concretar esta idea se estarán perdiendo valiosas oportunidades.