La producción cafetera ya rompió el techo de los 12 millones de sacos en Colombia, en los últimos 12 meses , y todo indica que se cumplirán con creces los pronósticos de los 11,5 millones de sacos para todo el 2014. Se trata, sin duda, de una excelente coyuntura, acompañada por buenos precios en la bolsa y por un dólar en alza, lo que se expresa en beneficios directos para los cultivadores del grano, al punto de que el programa de Protección al Ingreso del Caficultor (PIC) será usado en solo una fracción.
En los años recientes, pese a las dificultades económicas, los cafeteros han sido muy juiciosos en la renovación de las plantaciones, y los resultados ya se ven. Hace cinco años, en todo el 2009, se produjeron en Colombia solo 7,9 millones de sacos, café que tuvo que ser vendido a precios irrisorios. Hoy, la dinámica de precios y producción significará una recuperación del sector, lo que demuestra que aún en las vacas flacas tener unos cafetales saludables será siempre un buen negocio.
Los buenos precios actuales deben reflejarse en nuevos avances en la renovación de los palos, y en una tarea más exigente de fertilización, más ahora cuando la plaga de la broca amenaza con extenderse en numerosos cultivos. Hay que aprovechar la actual coyuntura para salir de deudas, para mejorar las plantaciones, para implementar estrategias que lleven al sector a ser más eficiente y más competitivo, más ahora que los países centroamericanos y Brasil pasan por malos momentos en cantidad y calidad de sus cosechas.
Es el momento oportuno para replantear el castigo por granos brocados a los productores, pues el verano fue muy severo y en cafés destinados a ciertos procesos el efecto en la taza es imperceptible. La mejor manera de garantizar que para el 2015 se pueda continuar con una producción en ascenso es protegiendo al máximo el ingreso de los cultivadores para que continúen con buenas prácticas en sus sembrados.
Ahora bien, debemos tener claro que se trata solo de una buena coyuntura a la que hay que sacarle partido, pero que los problemas estructurales del sector cafetero aún requieren ajustes. Por eso, es fundamental que la Misión del Café que anunció propuestas desde hace ya meses entregue, por fin, su informe, el cual debe servir de insumo para las discusiones en el Congreso Nacional Cafetero que se realizará en dos meses, en Bogotá. Es pertinente que, a la luz de los buenos resultados del momento, y las posibilidades de mejora, se tomen las decisiones que protejan a los cafeteros ante una nueva crisis.
No puede hablarse de bonanzas, ni minibonanzas, sino de la oportunidad para dejar atrás el lastre de los problemas más graves del sector y adoptar con decisión las medidas que corrijan y aseguren un mejor futuro para el café. Además de subir en precios y producción, hay que trabajar para seguir con una calidad en alza, pues el mercado es cada vez más exigente y Colombia está más cerca que los demás en ser líder en esta materia.
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