Una inversión con futuro

vanza bien la construcción de la hidroeléctrica El Edén, obra en el oriente de Caldas que ya es vista como detonante del desarrollo en la región. La generadora eléctrica se ubica en las cuencas altas de los ríos La Miel y Guarinó, entre los municipios de Manzanares y Pensilvania, y se calcula que con ella se podría cubrir la demanda de energía de medio Caldas, unos 20 megavatios de potencia. En menos de un año se piensa que el Departamento podría empezar a recibir los beneficios de la inversión de $28 mil millones en este proyecto, que en total cuesta $105 mil millones.

Para los municipios involucrados también se tendrán aportes económicos muy significativos para su futuro, ya que además de los dineros que les entregarán por efectos de las regalías, también comenzarán pronto a recibir utilidades de su participación accionaria que, si bien, es pequeña, será un ingreso adicional nada despreciable, y que crecerá cada año. Así que en materia de beneficio económico vienen buenas noticias para Manzanares y Pensilvania, pero también para todo el departamento de Caldas.

Es muy probable que a comienzos del próximo año se empiece a ver lo acertado de haber apoyado esta iniciativa con recursos. Tampoco puede negarse que durante su construcción, que va en un 60%, ha sido clave para la generación de empleo en la zona, e incluso para el desarrollo vial. Cuando entre en operación también seguirá empleando mano de obra de la región y con ello impactando favorablemente en la calidad de vida de los habitantes de los alrededores.

UT Choc (Unión temporal de centrales hidroeléctricas de Caldas), conformada por las firmas Latinco S.A, Estyma S.A. y Estructuras Metálicas S.A., es el consorcio encargado de construir El Edén. Entre las características de la iniciativa es que se hará a filo de agua sobre el río La Miel (sin represa de altura ni embalse), con lo que se busca garantizar que el impacto ambiental sea mínimo. De todos modos, hay que cuidar que el entorno natural no termine damnificado con las obras que se adelantan, y que así como se quiere un futuro económico próspero, también se asegure un porvenir ambientalmente sostenible.

Hay que revisar las quejas de la comunidad y dar respuestas satisfactorias a sus inquietudes, para que El Edén cuente con el respaldo de todos, y así mismo los beneficios sean equitativos para todos. En ese sentido, además de proteger la zona para que el río se mantenga en sus niveles históricos y pueda garantizarse una buena generación eléctrica, el Estado debe hacer el esfuerzo de comprar las tierras de las cuencas altas y medias e impulsar programas ambiciosos de reforestación, no solo para que mejore la productividad de la hidroeléctrica, sino para asegurar el recurso hídrico para la población de la zona.

Además, si se demuestra que en ese caso no hay daños en la naturaleza, cuando se quieran hacer las otras 10 microcentrales que están proyectadas, será más fácil asegurar recursos y respaldo. Concretar todo este paquete energético puede ser bastante positivo para Caldas en lo relativo a los recursos económicos que podrían ingresar para impulsar el desarrollo. Frente a las quejas actuales es clave que la empresa las acoja de manera abierta, analice los efectos y tome los correctivos correspondientes. Si hay armonía con la población y con la naturaleza, los beneficios para todos serán muchos.