Se conoció esta semana que la Contraloría General de la República registró 14 hallazgos con presunto alcance fiscal por $96.570 millones, durante una auditoría a la Aeronáutica Civil, sobre el Aeropuerto del Café. Los retrasos en la construcción de los terraplenes 8 y 10 y en las deficiencias de las obras ejecutadas representarían la mayor parte de esos recursos, unos $90.906 millones. Debemos recordar que en enero pasado ese mismo ente de control declaró nulo el proceso de responsabilidad fiscal contra 31 funcionarios y entidades relacionadas con este proyecto, después de cinco años sin mayores avances en dichas investigaciones.
Frente al nuevo proceso solo hay que decir que esperamos celeridad para confirmar o descartar las anomalías anotadas, ya que le hace mucho daño a Aerocafé que se abran investigaciones que duran años sin avanzar y que luego terminan sin ningún resultado concreto, lo que genera una injustificada desconfianza ante un proyecto que representa una de las mayores ilusiones de los caldenses, y en el cual se han hecho todos los ajustes necesarios para superar sus deficiencias y convertirlo en una posibilidad real y útil para el futuro aeronáutico del occidente colombiano.
No puede olvidarse que si bien en un comienzo pudieron cometerse errores, al empezarse a construir sin haber elaborado unos estudios técnicos serios, esta situación se corrigió durante el paso de Germán Cardona Gutiérrez por el Ministerio del Transporte, quien se empeñó en que se hiciera el afianzamiento técnico que se había ignorado y se lograra corregir de esa manera el rumbo de la obra. Hoy es evidente que las dudas técnicas fueron superadas y que solo se requiere ejecutar las obras allí planteadas para dejar atrás el fantasma de los errores que, infortunadamente, se cometieron en el pasado.
Por eso, ante el nuevo proceso iniciado por la Contraloría, lo que esperamos es que no se generen mayores desconfianzas frente al proyecto, y que se entienda que si no quieren tenerse posibles detrimentos patrimoniales en el futuro es necesario actuar con rapidez y trabajar sobre lo ya construido, sin permitir que la ausencia de obras termine acabando con lo que actualmente está a mitad de camino. Si ya hay un afianzamiento técnico, mal se hace al permitir que las obras actuales puedan deteriorarse por la tozudez de no invertir en un proyecto que es, sin duda, prioritario para Caldas.
La región y el país tienen que tener hoy la certeza de que Aerocafé es un proyecto viable, que de llegar a concretarse se convertirá en un nuevo polo de desarrollo en Colombia de proyección importante. La posibilidad de que en el futuro su pista pueda extenderse hasta los 3.600 metros de longitud, así como las condiciones técnicas del lugar en el que construye, representarán factores de competitividad que lo harán destacarse como un aeropuerto estratégico no solo para Colombia sino para América Latina, por lo que pese a los escollos que siguen apareciendo en su camino, no puede renunciase a su construcción.
Ya en Caldas hay conciencia acerca de la importancia de presentar una bien estructurada propuesta al Gobierno Nacional en la que se establezcan los compromisos económicos de la región con la obra, con el objetivo de que desde las instancias nacionales se casen recursos por unos montos equivalentes. La nueva gerencia del proyecto trabaja en ese sentido y hay la confianza en los sectores público y privado de Caldas en que se logrará por esta vía una salida favorable para Aerocafé. Tiene que seguirse pensando en que Colombia y la región perderían mucho si no se concreta este proyecto, como ya lo advirtió la firma inglesa Atkins.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015