or medio de una carta que se excede en amabilidad, los directivos de Une les comunicaron a sus usuarios de telefonía inalámbrica en zonas rurales de Caldas que a partir del próximo 31 de marzo serán desconectados, debido a que ya la empresa no tendrá quien le haga mantenimiento a la planta de la que dependen esos teléfonos. Incluso llaman a que los aparatos no sean desechados en la basura normal sino que los hagan llegar a la empresa para que su disposición se realice de acuerdo con las normas ambientales.
Se les abonan las buenas maneras para comunicar tan mala noticia, pero eso no puede servir para aceptar que ese servicio se acabe así no más, sin haber hallado una alternativa de comunicación que cumpla con la tarea que este sistema ha cubierto por cerca de 30 años. Hay que recordar que ese es un servicio que existe desde la época de las Empresas Públicas de Manizales, y que sobre esas redes inalámbricas se han montado sistemas de alertas sobre el comportamiento del volcán nevado del Ruiz, por ejemplo. De hecho, su montaje se impulsó después de la erupción de 1985.
Para muchos campesinos esa telefonía es la única opción de comunicación, pues hay lugares en los que las redes de telefonía celular no funcionan adecuadamente, sobre todo en las áreas rurales que son precisamente las afectadas con esa decisión. Ya el ministro de las TIC, Diego Molano, es conocedor de este problema y esperamos que desde el Gobierno Nacional se tomen las medidas que sean del caso para garantizar que los pobladores de nuestras zonas rurales no sean desprovistos de algo tan necesario.
Tenemos que resaltar, así mismo, que estas comunicaciones son vitales para garantizar la seguridad en estas zonas apartadas, donde muchas veces los grupos delincuenciales se movilizan haciendo fechorías, y gracias a los avisos que pueden dar los campesinos a través de estos teléfonos se puede evitar el crimen o capturar a los responsables de cometerlo. Por eso, hasta que no se resuelva en forma eficiente un nuevo sistema de comunicación, al menos equivalente al actual, no puede permitirse que la telefonía inalámbrica sea desconectada.
Es paradójico que cuando hay más posibilidades tecnológicas, cuando es normal comunicarse con los lugares más alejados del mundo en cuestión de segundos, cuando el planeta se encuentra más interconetado por toda clase de redes, se diga que aquí no hay forma de garantizar que las zonas rurales se puedan comunicar eficientemente con las áreas urbanas. Estamos frente a un retroceso que nos dejaría en condiciones similares a las de hace un siglo en la región. Tal reversazo no puede permitirse, es fundamental que se hallen salidas idóneas y dignas para nuestros campesinos.
Si tomamos en cuenta que el comportamiento del volcán nevado del Ruiz ha sido inestable en los meses recientes, y que la única manera que tiene el Observatorio Vulcanológico de Manizales de recibir información desde la alta montaña en un sistema de doble vía son estos teléfonos inalámbricos, sería una gran irresponsabilidad cortar la señal. Los directivos de la empresa tienen que ponerle la cara a la región y, sobre todo, ofrecer alternativas de mejora, pues de ninguna manera es aceptable que solo se tenga la opción del retroceso.
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