Ya era hora de que se acabara el desesperante novelón que se vivió durante cerca de 10 meses en la Empresa de Obras Sanitarias de Caldas S.A., Empocaldas. Demoró demasiado la Superintendencia de Industria y Comercio en hacer claridad acerca de quién es el gerente legítimo de esa entidad, lo cual quedó ya en firme con la ratificación de la inscripción que hizo la Junta Directiva ante la Cámara de Comercio de Juan David Peláez.
Tras esta determinación, lo que todos esperamos es que se cumpla la salida de Juan Pablo Alzate, quien venía ocupando ese cargo en medio de la confusión en la que la propia Superintendencia también colaboró. Ojalá que en aras del bien de la región y de la empresa no haya más líos y confusiones en el futuro, y ya destrabado este bochornoso caso se pueda seguir garantizando que las necesidades de los municipios en materia de acueductos y alcantarillados se solventen sin problemas.
Peláez tiene el desafío de tomar el toro por los cuernos y avanzar en forma decidida, sacar adelante todos los proyectos que están en lista y en los cerca de 15 meses que le quedarían de gestión demostrar que Empocaldas es una gran empresa que merece un mejor tratamiento. Los temas que dependen de esta entidad, relacionados con el manejo del agua en todas sus etapas son demasiado importantes como para que su destino siga a la deriva.
Los organismos de control y de investigación tienen el deber de analizar todo lo ocurrido durante este tiempo y tomar las medidas que sean necesarias para castigar posibles manejos inadecuados. Las cosas no pueden dejarse en el aire y seguir como si no hubiera pasado nada; resulta fundamental que se investiguen a fondo todas las decisiones administrativas que se tomaron durante estos meses y verificar que todo se haya hecho de acuerdo a la ley.
Creemos, así mismo, que la posesión de Peláez debe hacerse con el acompañamiento de la Contraloría Departamental, para que haya claridad absoluta acerca de cómo queda la empresa y cómo la recibe. Los caldenses necesitamos conocer en detalle todo lo ocurrido durante este tiempo y tener la tranquilidad de que la empresa podrá seguir adelante sin mayores tropiezos. Definitivamente hay que recuperar el tiempo perdido.
Esto también implica que la nueva administración actúe con total transparencia, que sobreponga los criterios técnicos sobre los políticos y que haya garantía total de inexistencia de corrupción administrativa. Hay que tomar conciencia de que los meses que vienen serán de intensa campaña política en todo el Departamento, y Empocaldas tiene que blindarse de manipulaciones que puedan resultar beneficiando a algún sector político determinado.
Empocaldas no resistiría que el remedio termine siendo peor que la enfermedad. Creemos que Peláez tiene todas las posibilidades de rescatar la empresa y demostrar que es una verdadera joya de Caldas. No puede ser inferior a sus retos y a sus capacidades.
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