ué hacer frente a los riesgos que ofrecen los fenómenos naturales? Al ser imposible evitar que tiemble la tierra o que los volcanes hagan erupción, por ejemplo, a los seres humanos no nos queda más remedio que trabajar en prevenir todo aquello que pueda empeorar las cosas, mantener la calma cuando surjan estas emergencias y ser prudentes en el momento de referirse a tales fenómenos, para no causar pánico.
En materia de prevención, tanto las instituciones como los ciudadanos deben actuar con el ánimo de evitar, hasta donde sea posible, que se desencadenen situaciones que pongan en peligro las vidas de las personas. Es así, como hay que asegurarse de que las alarmas instaladas funcionen, que los mecanismos de medición estén calibrados, que la información pueda llegar en forma rápida y eficiente a las comunidades, las cuales deben ser capacitadas para saber cómo reaccionar en los momentos críticos.
Por lo pronto, se requiere que las alarmas que no funcionan sean reparadas, que se revise todo el sistema de alerta en la región, tanto para eventos volcánicos como frente a la ocurrencia de sismos, y que se vuelvan a ejecutar simulacros que mantengan a las comunidades preparadas. A su vez, la gente debe preocuparse por seguir al pie de la letra las recomendaciones y organizarse para responder de mejor manera ante posibles emergencias.
En Caldas, como en todas las regiones del mundo, tenemos factores naturales que pueden desencadenar algunos hechos de riesgo. Aquí el invierno puede provocar deslizamientos y avalanchas, en el verano pueden surgir incendios forestales, también es una zona de alta actividad sísmica y hacemos parte del llamado cinturón de fuego del Pacífico, por lo que la actividad volcánica es cotidiana. Cada región en el mundo tiene sus puntos vulnerables y los fenómenos naturales no hacen selección económica o social para actuar. Incluso las grandes potencias son humilladas por ellos en cualquier momento a través de tsunamis, huracanes, tornados, y demás. La única salida que tenemos es convivir con estas situaciones.
Por eso, es fundamental lograr el manejo de la calma ante la ocurrencia de estos fenómenos, ceder al desespero es perder claridad mental para actuar en defensa de la vida. Si se logra mantener la tranquilidad y entender lo que ocurre, será más fácil salir airosos de posibles emergencias. De la misma manera, actuar con prudencia evita que se formen cadenas de pánico que, en muchos casos, son las que agravan las consecuencias de estos fenómenos. El manejo de la información en los medios y las redes sociales tiene que hacerse con mucha responsabilidad, aportando más a la posibilidad de superar los miedos que a intensificarlos.
Frente a lo ocurrido el pasado domingo, cuando se emitió inicialmente un comunicado que hablaba de un sismo asociado a la actividad del volcán nevado del Ruiz, el cual tuvo que ser corregido después para explicar que el temblor tuvo origen tectónico, es fundamental que las entidades sean claras, en todo momento, frente a la comunidad. El hecho de que el epicentro se hubiera ubicado en los límites de la zona que podría ser afectada por un sismo volcánico contribuye a la confusión, pero es mejor no dar por hecho nada hasta no confirmarlo plenamente. La mayor responsabilidad le compete a las entidades expertas, para informar sin atenuar o exagerar la realidad.
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