Por la defensa de Gensa

Ha sido muy importante para Caldas el trabajo desarrollado por Gestión Energética S.A. E.S.P., Gensa, durante el tiempo en que ha estado liderando iniciativas de infraestructura en nuestra región y en el resto del país. La semana pasada se conoció acerca del relevo en la presidencia, donde estará hasta el próximo 12 de marzo el ingeniero Jaime Zapata Franco, quien durante cerca de tres años desarrolló una tarea que llevó a que la empresa, en la que la Nación es dueña del 93%, volviera a tener utilidades. El año pasado, por ejemplo, fueron de $24 mil millones.

Sin embargo, en los días recientes la situación se ha tornado confusa, pues la solicitud de renuncia que le hicieron a Zapata no parece tener sustento técnico, como debería ser el manejo de todo lo relacionado con una empresa que como Gensa, pese al capital oficial que posee, ha sido manejada en forma independiente de manipulaciones políticas u otra clase de manejos amañados en los que han caído otras entidades en el pasado. Ahora bien, si es que en la actual administración se han presentado irregularidades es fundamental que se denuncien claramente.

Con el cambio que se plantea ahora, en forma intempestiva, han surgido preocupaciones en torno a la posibilidad de que la sede de la empresa, que siempre ha estado en Manizales, y donde ha tenido un manejo pulcro y profesional, en general, termine trasladada a otro punto de la geografía nacional, sin razones que lo validen. En esto los caldenses tenemos que ser muy firmes y contundentes, pues no podemos permitir que los criterios políticos se impongan sobre los técnicos, y que así no solo se termine entregando la presidencia a otras regiones, sino incluso llevándose la sede.

Tras la salida de Zapata, quien logró al frente de la organización indiscutibles avances en proyectos de gran impacto energético en todo el país, solo queda esperar que quien asuma en su remplazo cumpla con los requerimientos de transparencia, disciplina, competencia y eficiencia que debe tener quien esté al frente de una empresa de este tipo. En eso no puede haber retrocesos, el Ministerio de Hacienda que es el mayor accionista no puede dar el brazo a torcer frente a presiones políticas que quieran imponer lo contrario.

Está bien que de vez en cuando se busque la renovación de equipos de trabajo para oxigenar, imprimir nuevas dinámicas y darles impulsos más decididos a proyectos clave, pero no es prudente tampoco desarmar por el simple hecho de hacerlo sin fijarse en las consecuencias que ello podría acarrear. Por eso esperamos que haya claridad sobre los motivos del relevo en la presidencia de Gensa para estar tranquilos sobre su futuro.

Hay que destacar el impacto que esta empresa tiene para la economía doméstica en materia de empleo, para solo mencionar un aspecto. En Caldas son cerca de 550 puestos de trabajo, gran parte de los cuales corresponden a profesionales egresados de nuestras universidades en temas técnicos, lo que sin duda tiene incidencia real y concreta en la economía de la ciudad. Circunstancias como esta deben prender las alarmas en las diferentes instancias de liderazgo en la ciudad, para evitar que tales beneficios se vean perjudicados, y con ello toda la región.

Gensa actualmente desarrolla cerca de 90 proyectos, varios de ellos en esta zona, los cuales han impactado favorablemente en la generación de energía, pero también en el transporte, como es el caso del cable aéreo o la administración de los combos de maquinaria en Caldas, que tanto han servido para recuperar la red vial del departamento. De igual forma, es clave que se mantenga como socio en una iniciativa tan importante como Miel II, en la que Caldas aspira a recuperar algo del protagonismo energético nacional que un día tuvo.