A ponerle orden al deporte

Coldeportes Nacional viene liderando en todo el país la instalación de unas mesas de discusión, en busca de las mejores ideas para modificar la Ley 181 de 1985, llamada también Ley del Deporte Colombiano. No hay que ir muy lejos para poder entender la necesidad de que el Estado tenga herramientas para ejercer el control sobre la actividad del músculo, sea en recreación, tiempo libre o en alto rendimiento.

Las irregularidades vividas y denunciadas recientemente en este diario sobre lo que ocurre en las ligas de boxeo, gimnasia y ciclismo, por ejemplo, demuestran que el desorden y los intereses personales predominan por sobre el objeto social, el deportista y la disciplina como tal. Se cuenta con fisuras en las normas que permiten que unos pocos actúen en forma irregular en esas ligas, y que los deportistas resulten perjudicados por obra y gracia de tales caprichos.
 

No hay derecho a que haya dudas acerca del manejo de los recursos en el ciclismo caldense y nadie diga nada. Tampoco se explica cómo en boxeo un club tenga prioridad sobre la Liga en cuanto al manejo del escenario y que los deportistas vayan a un espacio obsoleto y antitécnico, mientras el ring sigue guardado. Más que ilógico y absurdo, lo que ocurre raya con la deshonestidad, la negligencia y las luchas de poder entre quienes deberían dar ejemplo de honradez y disciplina.

Menos aún tiene explicación que una liga como la de gimnasia haga todo para evitar que una modalidad suya no salga adelante, sin percatarse de que está perjudicando los sueños de unos niños. Lo que ocurre es un verdadero abuso, y lo peor de todo es que nadie interviene para ofrecer soluciones, los que se creería que podrían hacer algo están maniatados o, simplemente, no van más allá de donde sus actitudes pusilánimes los dejan avanzar.

Ya es hora de que las secretarías del Deporte, tanto de Caldas como de Manizales, ejerzan su autoridad y eviten que negociantes vestidos de dirigentes intenten lucrarse de los escenarios públicos, a los cuales tienen derecho los deportistas sin ningún costo. Igual deberían hacer las Contralorías ante las quejas que han puesto dirigentes y deportistas. Se trata de bienes públicos que tienen que ser respetados y usados para el bienestar de una comunidad.

Hoy, si bien es cierto que la Gobernación de Caldas agilizó la contratación de los técnicos de las ligas, los cuales están al día en sus pagos, los demás programas no pueden estar parados a estas alturas del año. Con qué cara se reclaman resultados deportivos si no se dan garantías. Si nuestro deporte está enfermo y no resulta competitivo en el ámbito nacional, no es por los deportistas, muchos de los cuales logran triunfos sobresalientes aún sin contar con el apoyo suficiente. La dirigencia deportiva y las autoridades oficiales deben reflexionar a fondo y tomar los correctivos.
El Sistema Nacional del Deporte les da un lugar a los entes deportivos municipales y departamentales en la estructura deportiva del país. Por eso es urgente que cumplan sus funciones como lo ordena la ley que está próxima a ser reformada y no omitan responsabilidad en medio de los líos que viven padres de familia, dirigentes y deportistas. Debe aprovecharse la actual coyuntura para que Coldeportes conozca en detalle lo que está pasando en Caldas, y así ayudar a que los cambios que se hagan ayuden a evitar estos problemas en el futuro.

Los dirigentes deportivos de una liga deben caracterizarse por ser personas cívicas, que son atraídas a esos cargos porque sus familiares inmediatos, especialmente sus hijos, resultan con habilidades destacadas en determinadas disciplinas, y quieren apoyarlos. Ir en busca de beneficios económicos, con dineros que les pertenecen a los deportistas son actos que deben ser censurados con todo rigor y hasta castigados legalmente.