erocafé es un gran sueño de Caldas por el que debemos luchar todos los habitantes de esta región. Este año se tuvo la ilusión de concretar el arranque de nuevas obras en este importante macroproyecto, con el aporte de $50 mil millones que prometió el presidente Juan Manuel Santos, cuando estaba en su segunda campaña presidencial. No obstante, no fue posible, pero eso no quiere decir que se pierda la ilusión de que la obra se pueda concretar en los próximos años.
Hace unos días surgió una polémica, debido a que el director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, dijo que no habría plata para ese proyecto durante este Gobierno, debido a que el presupuesto era escaso y había otras obras prioritarias. La semana pasada se conoció un nuevo pronunciamiento del mismo funcionario, quien afirmó que el Gobierno Nacional aportaría $60 mil millones y que el resto tendría que ser entregados por la región. De inmediato, el gobernador de Caldas, Julián Gutiérrez, respondió que la región no tendría como cubrir los cerca de $260 mil millones faltantes para terminar la primera fase de la obra, lo cual es cierto.
Ahora bien, es importante recomenzar y el actual ofrecimiento no es malo, si efectivamente el Gobierno Nacional entregara $60 mil millones en el 2015. Caldas debe recibir ese dinero y reactivar los trabajos en Palestina, porque de lo contrario los $180 mil millones que allí se han invertido en terraplenes y otras obras, para generar el terreno propicio para la pista, se verán en riesgo de perderse.
Es urgente retomar los trabajos y continuar adelante hasta terminar las obras. Los recursos anunciados nos darán un respiro, mientras se analiza de qué otras fuentes puede salir el dinero necesario para concluir felizmente. No podemos olvidar que inversionistas privados nacionales y extranjeros también podrían interesarse en un macroproyecto que tiene futuro, lo cual está probado.
Es evidente que, pese a las ampliaciones que se desarrollan en el aeropuerto Matecaña de Pereira, ese terminal tendrá una vida útil corta, si se toman en cuenta las cifras de crecimiento del transporte aéreo y la creciente demanda. El Eje Cafetero necesita un aeropuerto con las posibilidades que tiene Aerocafé, con una pista que podría llegar a los 3.600 metros, la cual servirá para atender vuelos internacionales, de pasajeros y de carga, y hasta ser pista alterna de Eldorado que también se quedará pequeño en poco tiempo.
No podemos olvidar, igualmente, que los estudios arrojan que la ubicación de la pista, su altura sobre el nivel del mar y otros detalles técnicos harán de Aerocafé una plataforma de comercio mundial de gran relieve para el futuro de Caldas. Por eso, se tiene que seguir luchando por un sueño del que depende gran parte del porvenir de esta zona de Colombia. Si no se reinician ya los trabajos nos cogerá la tarde y nos quedaremos rezagados en el mapa del desarrollo.
Hay que reconocer que el Gobierno Nacional viene ejecutando obras de gran impacto en la infraestructura nacional con las que también nos beneficiaremos, tales como Pacífico III, la conexión Girardot -Puerto Salgar, o el dragado del Río Magdalena. ¿Qué debe hacer Caldas en este momento? Recibir lo antes posible los $60 mil millones que ofrece el Gobierno y empezar a ejecutar un plan estratégico para reunir los recursos faltantes.
Es vital que Aerocafé sea realidad más temprano que tarde. Las autoridades civiles, los congresistas, los gremios y demás fuerzas vivas deben unir esfuerzos, para que en el 2015 regrese el optimismo frente al aeropuerto internacional que tenemos en mente, el que hemos soñado, al que aspiramos legítimamente. Así lo concretaremos, sin duda alguna.
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