Peligro en la Casa Blanca

El magnate inmobiliario Donald Trump se convierte hoy en el nuevo huésped, por cuatro años, de la Casa Blanca. Llega como presidente de los Estados Unidos, en remplazo de Barack Obama, quien logró estar ocho años como líder del país más poderoso del mundo, y que con la llegada del controvertido republicano ve en riesgo la posibilidad de que su legado pueda mantenerse. Lo que sí es seguro es que el nuevo mandatario estadounidense tiene un estilo, un pensamiento y una forma de actuar que provocarán cambios profundos en la manera como se relaciona ese país con el mundo. Para los inmigrantes en Estados Unidos, sobre todo hispanos, vienen tiempos difíciles.

Durante los días previos a su posesión Trump le dejó claro a los tradicionales aliados de los Estados Unidos en Europa que con él las cosas cambiarán de manera significativa, al criticar en forma atrevida el liderazgo y utilidad de la Unión Europea (UE), igual que al cuestionar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que ha sido la base de la política exterior de su país desde la Segunda Guerra Mundial. La cercanía del magnate con el presidente ruso, Vladimir Putin, tiene a todo el mundo nervioso, con lo que su permanencia en la Casa Blanca se convierte en un peligro real para el planeta. Hemos sido testigos de la intervención rusa en los conflictos de Ucrania y Siria y sus oscuras acciones de piratería informática, por lo que hay razones de sobra para estar preocupados.

También hay alarma porque la visión comercial del nuevo presidente rompe con una tradición de su país en cuanto al libre comercio. La posibilidad de que ponga fin a tratados como el Nafta y otros como el TLC es real, y las consecuencias económicas para países como México podrían ser nefastas. Se prevé que el enfoque proteccionista de Trump genere remezones económicos globales de importancia, frente a lo cual el resto del mundo podría hacer muy poco. En el caso de América Latina genera gran incertidumbre su idea de construir un muro en la frontera mexicana, y concretamente para Colombia habría un cambio radical en las políticas de cooperación actualmente enmarcadas en el programa Paz Colombia.

A propósito de paz, el estilo provocador del magnate genera dudas acerca de la posibilidad de que los Estados Unidos contribuya positivamente a mantener la paz en el mundo, y más bien surgen temores sobre su prudencia en el manejo armamentístico y su capacidad se seguir avanzando en programas como el acuerdo nuclear con Irán y el freno al terrorismo yihadista y el desafío militar norcoreano. O incluso, podría llevar a tensiones peligrosas con China. Además, frente a la distensión que Obama logró frente a Cuba, y la posibilidad de que se normalicen las relaciones binacionales todo está en un escenario incierto que podría llegar a reactivar conflictos que se creían superados. Ahora bien, el desmedido pragmatismo de Trump puede traernos sorpresas.

Sin embargo, el mayor peligro para el mundo es la posición del nuevo presidente estadounidense frente al Cambio Climático, al que no le da ninguna importancia y que considera ficticio. Así las cosas, veremos a los Estados Unidos yendo contra la corriente del resto del mundo en las políticas de conservación ambiental y freno a los factores contaminantes causantes del efecto invernadero. Ojalá que entre en razón y que en una muestra positiva de su personalidad imprevisible se mantenga en el Acuerdo de París y se decida a no atropellar a la humanidad.

Además de dominar el Ejecutivo, Trump llega acompañado por una mayoría republicana en el Congreso, lo que lo enviste de un enorme poder para controlar todas las grandes decisiones que asuma ese país. Tendrá, además, al mayor tribunal judicial afín a sus planteamientos conservadores, por lo que se prevé una seguidilla de cambios en lo que han sido los Estados Unidos en las décadas recientes. Su populismo antiprogresista genera temores que, por el bien del mundo, ojalá resulten infundados.