l paro judicial para quienes lo ejercían se suspendió, pero por la única razón de que empieza la vacancia judicial y los trabajadores que se encontraban protestando creen que hacer paro en vacaciones es ilegal. Esto se traduce en que volverán a trabajar, pero solo para disfrutar de su periodo de descanso. Cuando vuelvan ya veremos que retoman su actividad de huelga, mientras el Gobierno no encuentra solución a semejante asunto, aunque siempre se dijo que se volvía a crear el Ministerio de Justicia para tener mejor interlocución con los funcionarios judiciales, cosa que al menos en este caso no se ha visto.
La justicia pasó un nuevo año con pendientes. Más allá de que en el proyecto de Equilibrio de Poderes que dio sus primeros pasos en el Congreso se recogen algunas inquietudes para quitarles funciones electorales a las cortes y se le atribuyen algunas competencias disciplinarias con la creación de un tribunal para estos efectos, es evidente que el pretendido proyecto es tan amplio que no se trata precisamente de una reforma estructural de la Rama, sino que atañe a tantas materias que queda mucho por resolver en asuntos de la administración judicial. La Fiscalía sí aprobó su reforma, la cual les da más libertad a los fiscales para enfocarse en los delitos de alto impacto y cambió su estructura. No obstante, se espera que esto vaya de la mano con más resultados.
El proyecto que cursa en el Congreso, en lo atinente a la Justicia se destaca por no atacar el problema de fondo que no es otro que la falta de acceso a ella de los ciudadanos, el incumplimiento de los términos para las decisiones, lo farragoso que resulta para cualquiera poder informarse mejor de cómo hacer valer sus derechos y la ausencia de capacidad técnica para investigar la mayoría de los casos. Por eso nos atrevemos a señalar que sigue siendo necesario un cambio profundo para que se solucionen tales problemas y de esa manera se puedan obtener resultados mejores.
El paro judicial en cambio viene luchando para que el Gobierno cumpla las promesas de mejoras salariales y se equilibre la chocante diferencia entre funcionarios y empleados, pues los primeros tienen muchas más prebendas que los otros. Sin embargo, también hay que anotar que la terquedad de un sector del sindicato, su manera casi impositiva de obligar a otros a parar sus funciones no es la mejor forma de reclamar por lo que se crea justo. Es evidente que detener el paro para salir a vacaciones no es solo odioso, sino que tiene cierto tufillo oportunista que lo único que hace es alimentar la desazón de los colombianos por quienes forman parte de este aparato estatal.
Este fue un año de escándalos en la Rama Judicial. La puerta giratoria, atornillados en los cargos, uso de los bienes del Estado para favorecer a las familias, creerse por encima de la ley fueron actitudes de algunos dignatarios que siguieron abriendo la brecha entre los colombianos y quienes imparten justicia. Buena parte de los males de nuestro país pasan por la ineficiencia de la Rama Judicial. Es hora de que esto se corrija y se imponga la necesidad de una justicia para los ciudadanos a los beneficios para los juzgadores.
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