Las comparaciones no solo no son odiosas, sino necesarias. La encuesta de la Red de Ciudades Cómo Vamos que compara los resultados de los encuestados en 14 capitales permite entender la percepción que tienen de sus territorios quienes los habitan. Manizales se destacó por encima del promedio en varias respuestas, destacándose el orgullo que sienten por su ciudad. El 82% de los manizaleños manifestó este hecho, mientras que 86% destacó sentirse satisfecho aquí como un lugar para vivir, ocupando también el primer lugar.
Sin embargo, hay que ver la información en todo su contexto y resulta al menos preocupante que apenas el 33% de los manizaleños piensa que en el último año mejoró la situación económica del hogar, apenas superando a Pereira en donde solo el 30% lo cree, con lo que abre la inquietud sobre lo que está pasando con la economía en los hogares del Eje Cafetero. Los manizaleños encuestados también se sienten mejor atendidos que las demás ciudades en servicios públicos, con una satisfacción del 97% en gas, 96% en acueducto, 95% en energía, 92% en alcantarillado y 90% en aseo, lo que va de la mano de la calidad de vida que se puede tener en una ciudad.
Hay datos que resultan paradójicos. Mientras en Manizales el 66% de los encuestados dice sentirse seguro en su barrio, cuando se refiere a la ciudad manifiesta apenas sentirse seguro 49%, pero solo el 13% -el segundo porcentaje más bajo- dice haber sido víctima de algún delito, al tiempo que se muestra en toda el sondeo nacional la falta de credibilidad en la justicia. En la capital caldense, apenas el 38% de las víctimas de delitos lo llevaron a la justicia y en ninguna de las 14 ciudades superó el 43%. Y solo un 13% cree que hay probabilidad de que un delito sea sancionado. Aunque hay alta satisfacción por la educación que reciben los niños en Manizales (79%), es lamentable que los encuestados adviertan que el 50% de los menores de cinco años no van a ninguna institución. Si no se trabaja en la educación desde la primera infancia será muy difícil cambiar la ciudad.
El Gobierno Nacional impulsa desde hace rato una estrategia para las ciudades amables, en las que sin temor a equivocarnos se encuentra Manizales, pero es necesario que se apriete el control en temas clave para mantener y mejorar la calidad de vida de sus habitantes y hacer que esta sea para todos, pues bien es sabido que hay zonas de la ciudad que padecen inseguridad o alta deserción educativa o problemas de violencia intrafamiliar que luego redundan en situaciones que complican las relaciones sociales.
Manizales sigue siendo una ciudad apática. Solo 27% de los preguntados en esta capital dijeron haberse involucrado para resolver algún problema, 35% manifestó apoyar a personas o ideas y 33% participa de algún grupo u organización. Y sin la participación de los ciudadanos es muy difícil que una sociedad se pueda transformar. Es necesario contar con el concurso del mayor número posible de manizaleños para caminar hacia una mejor ciudad con calidad de vida superior para la mayoría de sus habitantes. Ese es el camino que se debe recorrer y los retos son grandes. Entre más personas se involucren en su solución más pronto se verán los resultados esperados.
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