Nuevos desafíos universitarios

El pasado viernes terminó la celebración de la Semana del Estudiante Universitario en Manizales, con la que la ciudad les dio la bienvenida a todos aquellos jóvenes que llegaron de diversas regiones de Colombia, con el ánimo de hacerse profesionales y ejercer luego con el orgullo de haber logrado aquí esa importante meta. Conferencias, ferias de emprendimiento y hasta un concierto de Sebastián Yepes sirvieron para confirmar los postulados del programa Manizales Campus Universitario, liderado por la Fundación Lúker y el Sistema Universitario de Manizales (Suma).

Tomando en cuenta solo el programa Ser Pilo Paga que impulsa el Ministerio de Educación Nacional, a la capital caldense llegaron de todo el país 538 jóvenes que se destacaron en los puntajes obtenidos en las pruebas Saber 11, para ingresar a alguna de las cuatro universidades acreditadas como de Alta Calidad con que cuenta la ciudad: universidades Nacional, de Caldas, Autónoma y de Manizales. Algunos de ese amplio grupo de estudiantes de bajos recursos económicos hacen parte de los 179 caldenses que también recibirán el beneficio de hacer sus carreras sin tener que pagar. 

En todo Colombia este año los beneficiados de Ser Pilo Paga son 12.505 jóvenes, lo que evidencia que en Caldas podrían ser más los estudiantes con opciones de ganar estas becas, pero infortunadamente por no alcanzar mejores resultados en las pruebas Saber 11 no logran llenar los requisitos para ello. Frente a esto, en el departamento debe reflexionarse acerca de cómo lograr que cada vez haya más aspirantes que alcancen a ingresar a ese privilegiado grupo, y que especialmente sean provenientes de los municipios caldenses. 

Una buena alternativa para eso podría ser que a los estudiantes que van a presentar las pruebas se les entrene de la manera adecuada, con miras a obtener buenos puntajes en los exámenes Saber 11. Si bien puede verse como una táctica coyuntural, lo cierto es que Caldas podría aspirar a tener por lo menos unos 300 pilos, y para ello deben hacerse todos los esfuerzos que resulten necesarios, como hacer una especie de brigadas especiales que concentren a los futuros bachilleres en el conocimiento de las metodologías y de las temáticas que más son abordadas en tales pruebas. Eso aseguraría, además, que lleguen mejor enfocados a las universidades, donde les quedará más fácil pulir algunas deficiencias. 

Es cierto que Manizales se ha convertido en un centro universitario importante en el país, donde el 42% de los estudiantes de pregrado y el 62% de los de posgrado provienen de otras regiones, como lo muestran las estadísticas de Manizales Cómo Vamos. Pese a ser una ciudad mediana, la capital caldense es la tercera más apetecida en Colombia para adelantar estudios universitarios después de Bogotá y Medellín, según estudios del Ministerio de Educación. Eso no es gratuito, cerca del 80% de las carreras ofrecidas aquí tienen certificación de calidad. 

Esta característica de atracción de estudiantes hace que alrededor de las universidades se genere un circuito económico que impacta favorablemente el desarrollo de la ciudad, por lo cual resulta fundamental que haya medidas que fomenten que esta vocación se fortalezca cada vez más. De hecho, en el 2013, los estudiantes aportaron el 5% del Producto Interno Bruto de la ciudad, en sectores como los alimentos, la vivienda, los servicios públicos y el transporte. Por esto, es estratégico idear acciones creativas que cada vez consoliden a Manizales como la ciudad universitaria que hemos soñado. 

FDe todos modos, tenemos aún que hacer mucho para ser notables en la educación superior. En la quinta edición de los QS University Rankings para América Latina, que mide algunos criterios de calidad, nuestras universidades están entre las mejores 260 de la región, pero todavía están muy alejadas de la punta. La Nacional aparece segunda en Colombia y 13 en Latinoamérica; la de Caldas es 24 y 205, respectivamente; la de Manizales es 31 y 248, mientras que la Autónoma está en el puesto 32 en Colombia y el 260 en América Latina. Vamos bien, pero falta bastante.