Cerca de cuatro años de diálogos fueron necesarios para que ayer pudiera anunciarse desde La Habana (Cuba) que las negociaciones entre el Gobierno Nacional y las Farc llegaron a su fin, y que solo resta la firma de los acuerdos para que sea oficial el cese definitivo del conflicto armado con esa guerrilla y el comienzo de un complejo proceso de construcción de paz en el que los valores de la convivencia, el respeto, la tolerancia, la reconciliación y la verdad se pondrán a prueba. En menos del 10% del tiempo que ha durado la guerra se logró que el grupo alzado en armas se decidiera a entregarlas y a permitir que el país pueda empezar a escribir una historia distinta.
Hoy es necesario recordar que durante estas casi seis décadas de guerra se han producido cerca de 220 mil muertos, 45 mil desaparecidos y casi 8 millones de víctimas. Esa oscura estela de sangre que ha tejido nuestras vidas por tanto tiempo puede quedar atrás con el acontecimiento histórico de la firma de la paz. Quedarán pendientes aún asuntos fundamentales como la firma oficial de los acuerdos en actos que se tienen previstos para realizarse en Bogotá a mediados de septiembre. Además, tendrá que cumplirse el requisito de refrendación a través de plebiscito el próximo domingo 2 de octubre, como lo anunció anoche el presidente Juan Manuel Santos. Además, estos acuerdos deben pasar por el aval del Congreso de la República.
De acuerdo con los anuncios quedaron finalizadas las discusiones de manera integral, tomando en cuenta la agenda pactada desde el 2012, y solo restan detalles técnicos relacionados con la elaboración del documento final, el cual ya quedó cerrado y listo para pasar el examen de los colombianos y entregarle así viabilidad plena a lo pactado, en lo cual, sin duda, serán necesarios algunos sacrificios para permitir que la paz pueda construirse de ahora en adelante, sin tener que volver a sufrir la tragedia de la guerra que nada positivo ha dejado, y que ya es hora de dejar atrás para siempre.
Los temas de justicia transicional, el cese bilateral del fuego y la entrega de las armas quedaron evacuados satisfactoriamente, lo mismo que lo pactado en lo referente al desarrollo rural, la participación en política, la erradicación de los cultivos ilícitos y la reparación integral a las víctimas. Para la incorporación de los excombatientes a la sociedad civil fue necesario establecer las zonas veredales de concentración, con beneficios de amnistía para la mayor parte de los guerrilleros de base, si son refrendados los acuerdos, y la facilitación de participación política para miembros de esa organización que no estén condenados por delitos de lesa humanidad.
Para dicha participación política, y como un asunto que desde el comienzo se sabía necesario, se garantizará que el movimiento político que surja de las Farc tenga en el 2018 y 2022 la garantía de contar con cinco senadores y cinco representantes a la Cámara, y 16 circunscripciones especiales, con voz pero sin voto inicialmente, los cuales tendrán el desafío de sostenerse en el Congreso por su cuenta, buscando el respaldo con votos. Sobre esto, debemos señalar que tal paso hacia adelante en el fortalecimiento de la democracia debe ser respaldado, pues siempre será preferible tener exguerrilleros haciendo política que mantener la crudeza irracional de la guerra.
Si el camino hasta ahora no ha sido fácil, el que se avecina tampoco lo será. Lo que parecía imposible hoy es realidad, pero todavía quedan muchas dudas hacia el futuro que tendrán que resolverse por caminos alejados de la violencia. Cada colombiano, con desprendimiento, tiene ahora el reto de abrir los brazos a quienes saldrán de la guerra con el objetivo de construir entre todos un país decente. Este es el mejor acuerdo posible, como bien lo dijo el jefe negociador del Gobierno, el caldense Humberto De la Calle Lombana. Hoy es necesario reconocer que la decisión de negociar en medio del conflicto, con total prudencia y hermetismo y con la determinación de que nada estaba acordado hasta que todo estuviera acordado fue exitosa.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015