anizales y Caldas necesitan un aeropuerto con especificaciones que tengan proyección de futuro. Es un error interpretar de manera negativa los resultados del informe de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), como si eso significara que el proyecto pudiera ser enterrado, como lo han dicho algunos. Tiene que quedar claro que así se mejore la conexión terrestre entre Manizales y Pereira, y la terminal de la capital risaraldense sea ampliada como actualmente se hace, en pocos años el Eje Cafetero necesitará de Aerocafé con su potencial de pista de 3.600 metros.
Es evidente que también es equivocado tratar de buscarle supuestos beneficios socioeconómicos y sostenibilidad financiera a este proyecto desde antes de construirse, pues son las grandes obras las que se convierten en polo de desarrollo de una región y no al revés. Si se aplicara el criterio de que las obras no pueden construirse si en los estudios no se demuestra que son totalmente rentables, no se ejecutarían en el mundo proyectos de grandes dimensiones que luego se convierten en punta de lanza de progreso material y social.
Es un hecho que los estudios técnicos que se realizaron recientemente en el lugar arrojaron resultados claros acerca de su viabilidad. En eso no hay discusión. Además, están más que probadas las ventajas que tendría el aeropuerto en cuanto a navegabilidad, posibilidades de carga y condiciones climáticas favorables, entre otras. Sabemos que obtener todos los recursos que se requieren para hacerlo realidad no es tarea fácil para el Gobierno Nacional, pero sobre su necesidad, en el mediano plazo, para la región y para el país, no debe haber duda.
El volumen de pasajeros que se moviliza por avión ha crecido de manera exponencial en Colombia en los años recientes, los precios de los viajes se han rebajado a tal punto que muchas veces sale más barato tomar un avión que un transporte terrestre, por lo que la demanda será cada vez mayor. Así se viene demostrando con el aeropuerto Eldorado de Bogotá, que pese a su reciente ampliación, empieza a quedarse corto. Más temprano que tarde Aerocafé será una necesidad nacional a la que habrá que entregarle los recursos necesarios.
Lo que tenemos que pensar en Caldas, pero sobre todo desde el Gobierno Nacional, es qué tan alto será el costo de no hacerlo, y cuánto se podrá ganar con construirlo lo más pronto posible. El Máster Plan desarrollado por la firma inglesa Atkins señala claramente las posibilidades positivas que surgirían para la región si se contara con el Aeropuerto del Café, pues a su alrededor se generaría una amplia cadena de valor en distintos sectores que justificarían el riesgo de construirlo. Por sus características, podría convertirse en la gran pista alterna a Eldorado.
La región unida tiene que seguir luchando por sacar adelante la obra. Hacerle entender al Gobierno Nacional que no solo se trata de honrar unos compromisos asumidos por el presidente Juan Manuel Santos en su campaña por la reelección, ni de las palabras esperanzadoras que emite el vicepresidente, Germán Vargas Lleras, cada vez que viene a Caldas, sino que el Eje Cafetero y el país merecen tener un aeropuerto de alcances internacionales, como está pensado el terminal de Palestina.
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