Se realizan hoy y mañana en Colombia las elecciones cafeteras, evento democrático que es ejemplo para otros sectores de la producción en el país y en el mundo, gracias al espíritu participativo que se despliega para la escogencia de los distintos representantes regionales y nacionales del gremio. Sus alcances son de tal magnitud, que en 568 municipios de 17 departamentos colombianos se buscará elegir a 4.440 miembros principales y suplentes de 370 comités municipales y 180 integrantes de 15 comités departamentales. Se cuenta con 374 mil cafeteros aptos para ir a las urnas.
En Caldas, donde la jornada será hoy únicamente, de 8:00 a.m. a 4:00 p.m., hay cerca de 25 mil 200 caficultores habilitados para sufragar, con el ánimo de escoger a los 12 miembros del Comité departamental y a los 288 integrantes de los 24 comités municipales. Para ello, la Federación Nacional de Cafeteros ha dispuesto 221 mesas de votación en Caldas, con la presencia de veedores de la Misión de Observación Electoral (MOE) y bajo la organización del exregistrador nacional Juan Carlos Galindo, contratado especialmente para liderar este proceso.
Los elegidos tendrán la responsabilidad de plantear los cambios que requiere la caficultura durante los próximos cuatro años, usando las herramientas democráticas que representan la institucionalidad. Resulta muy importante, por esto, que entre los candidatos se encuentren dirigentes de Dignidad Cafetera, quienes podrán contar con los escenarios para promover las transformaciones que pregonan en la actividad, desde el interior de la misma Federación, como debe ser.
Además, es una oportunidad de oro, que solo se da cada cuatro años, para que las nuevas generaciones de caficultores hagan parte del liderazgo del sector, y le den una mayor solidez hacia el futuro. Esas nuevas mentes son las que pueden encabezar el empeño por mejorar la calidad y generar cada vez más esos cafés especiales que puedan ser vendidos a muy buenos precios en el mercado internacional. Solo en la medida en que se estimule a los jóvenes cafeteros, esta actividad podrá tener un futuro.
Hoy es un hecho que los precios y la producción cafetera se han recuperado, y que las perspectivas a futuro son halagüeñas, pero eso no nos puede llevar a quedarnos quietos, sino que es fundamental prepararse para que no regresen los malos tiempos que le han tocado al café, como el vivido entre el 2009 y el 2013. Hay todavía mucho por hacer en materia de productividad y competitividad, y en la búsqueda de más valores agregados que hagan más rentable la actividad.
Lo ideal sería que en el futuro no haya que acudir más a figuras como la de Protección del Ingreso al Caficultor (PIC), sino que el propio gremio tenga suficiente colchón para no dejar que las crisis se profundicen. Con una buena política de austeridad, programas reforzados de extensión y acompañamiento a los cafeteros y la búsqueda de una comercialización eficiente de los productos con valor agregado, podrían lograrse niveles de sostenibilidad que sean de largo aliento. El primer paso para ello es la garantía de transparencia en las elecciones de este fin de semana.
Aunque los niveles de participación en las elecciones anteriores han sido altos, no sobra hacer un llamado a los cultivadores del grano para que no pierdan la oportunidad de participar activamente en la construcción del futuro del sector, pues eso es, ni más ni menos, lo que se define en esta ocasión. Serán estos representantes, por ejemplo, los que tendrán que discutir, en el seno del Comité Nacional, los posibles cambios que proponga la Misión del Café, que está próxima a entregar su informe.
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