En todo el mundo se celebra hoy el Día del Trabajo, en el que tradicionalmente los trabajadores protagonizan marchas para manifestarse en contra de sus condiciones laborales, poner en primer plano sus demandas de salarios y criticar las políticas económicas del gobierno de turno. En el caso colombiano, lo cierto es que en el último lustro se han logrado avances significativos en la merma del desempleo y en la formalización laboral, lo cual se pone ahora en riesgo ante una coyuntura económica que no resulta favorable.
Un indicador real de la desaceleración de la economía y del momento crucial por el que pasa la generación de nuevos puestos de trabajo es el dato del desempleo para marzo pasado, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el cual se ubicó en 10,1%, cuando en el mismo mes del año pasado se había situado en 8,9%. Para decirlo de manera directa, el país retrocedió al regresar a una cifra de dos dígitos en este indicador, y aunque para organismos internacionales los cálculos de crecimiento de la economía colombiana mejorarán en el inmediato futuro, volver a la tendencia de bajada en el desempleo no será tarea fácil.
Lo que ocurre con el empleo es, sin duda, parte del reflejo de la crisis de los precios del petróleo y del carbón en el mercado internacional, y de la volatilidad del dólar frente a nuestra moneda, aunque en esta ocasión tuvo mucho que ver que el ritmo del sector de la construcción empezó a ceder, lo mismo que los empleos relacionados con el sector agrario, de acuerdo con las explicaciones del DANE. Si se observa el trimestre enero-marzo también se ve una caída al comparar el 2016 con el 2015. Esta vez la tasa está en 10,7% en ese periodo, mientras que en igual lapso del año pasado estuvo en 9,8%.
Hay que tener en cuenta que la tasa de participación actual en el mercado laboral es de 63,3%, entre las más altas desde el 2000. Así mismo, la tasa de ocupación llegó al 56,9%, siendo la segunda más elevada en los mismos 16 años. Otro consuelo es que en el año corrido de abril del 2015 a marzo del 2016 el desempleo sigue en un dígito, con 9,1%, pero no hay garantía de que esa situación se sostenga por mucho tiempo. Ahora bien, al terminar el fenómeno de El Niño y acercarse el segundo semestre, que siempre es más dinámico, cabe la esperanza de la recuperación económica y que el empleo vuelva a la senda positiva.
Desde una perspectiva local, tomando en cuenta que en Manizales la medición del DANE arrojó una tasa de 11,8% en desocupación durante el primer trimestre del año (un punto porcentual más que hace un año), tenemos grandes desafíos. Hoy son 25 mil personas desocupadas, cuando hace un año eran 23 mil, lo que hace que la presión en el mercado laboral se incremente y que los ingresos de los hogares bajen. Resulta vital mantener impulsada la economía y que se puedan recuperar esas plazas de trabajo. En los sectores agrícolas y de construcción pueden hacerse nuevos esfuerzos para arriesgarse a crecer.
Un país, como el nuestro, que aspire a una paz sostenible y duradera, además de lograr el desarme de los violentos requiere condiciones sociales de equidad y desarrollo armónico, cuyo mejor camino para lograrlos es el empleo digno y de calidad, y allanar el ingreso de los jóvenes al mercado laboral. En eso aún queda mucho por hacer en Colombia. Esos serán los temas de la IX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que se reunirá mañana y el martes en Cartagena, y en la que Clara López se estrenará como ministra colombiana de esa cartera. Esperamos que salgan de allí buenas ideas, que saquen del estado de riesgo la generación de empleo.
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