Se anunció esta semana la firma de un convenio entre Aguas de Manizales, Findeter, Corpocaldas, Aquamaná y las alcaldías de Manizales y Villamaría para financiar un estudio que permita de una vez definir el plan para la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, que evite más contaminación en la Quebrada Manizales. No es la primera vez que se habla de este asunto. Por eso resulta importante que se precise el estudio, que se calcula en $5 mil 317 millones, por lo que se supone que es serio para trazar el camino necesario y los diseños definitivos para cumplir con este importante objetivo.
Es una imperiosa necesidad cuidar de la naturaleza que tanto nos brinda. Si Manizales se ha caracterizado hasta ahora por contar con agua suficiente para atender la demanda, también es igualmente cierto que todos los estudios sobre el futuro advierten de que se podrá sufrir por la falta de un suministro suficiente en esta región. Por este motivo es necesario que se tomen acciones como esta, que vayan en camino no sólo de contaminar menos, sino que hace que el agua que hoy se afecta por recibir los desechos termine sirviendo de nuevo para diferentes usos de la vida diaria.
Manizales tiene que convertirse, como tanto lo ha pregonado, en una ciudad del agua y con respeto por la naturaleza. Tiene las condiciones para ello, una red de ecoparques que algún día recibirán la atención debida, un paisaje a su alrededor que hace de la ciudad un bello marco, una experiencia acumulada en la atención al riesgo y en la vulnerabilidad que tiene que convertirse en prevención y un importante convencimiento en que se debe reforestar las cuencas que surten el acueducto, lo que se viene haciendo y cumpliendo desde hace casi 70 años.
Una ciudad amable con el medioambiente es también aquella en la que se recicla. Sin embargo, en la ciudad muchos esfuerzos individuales y colectivos por esta causa se pierden por la falta de una política clara en ese sentido, tanto de la Administración municipal como de la Empresa Metropolitana de Aseo, para la que esto no resulta una prioridad. Según Manizales cómo vamos, el 30% de los manizaleños opina que los principales problemas ambientales se deben a la falta del reciclaje, mientras que el 30% se lo atribuye al manejo de basuras. Qué bueno fuera que se trazara un plan en este sentido que permita reciclar en la fuente y ayudar también de esta manera a la naturaleza, pues muchos de esos desechos contaminantes también paran en las cuencas.
El Ministerio de Vivienda ha anunciado la asignación de $32 mil millones para empezar a construir la planta, una vez se muestre su viabilidad, una buena noticia, aunque hay que anotar que es necesario que se tome en serio este asunto, que no sea un estudio como tantos en la ciudad que pasan a dormir el sueño de los justos, y cuando llega el momento de las ejecuciones toca hacer nuevos estudios porque los otros ya andan obsoletos. Además, aquí se está cumpliendo con un mandato judicial, producto de una Acción popular, resuelta hace casi 10 años. No es momento de largas, sino de demostrar que se puede. Solo faltan los resultados del estudio y la voluntad para ejecutar los trabajos.
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