Desarrollo, con beneficio equitativo

El anuncio acerca de que para finales del 2017 estará abierto el nuevo centro comercial Mall Plaza, que ya comenzó a construirse en la entrada al barrio La Carola, sobre la Avenida Kevin Ángel, constituye una nueva inyección de optimismo en el futuro de Manizales. Eso permitirá que haya nuevas y variadas opciones para hacer las compras en la ciudad, y que surja un nuevo polo de desarrollo que dinamice aún más la economía local e incentive que los manizaleños no tengan que salir a otras ciudades a buscar los productos que quieren.
Este nuevo proyecto, en el que se invierten $225 mil millones, plantea un enorme desafío en materia de movilidad, si se quiere evitar que se forme allí un caos vial incontrolable y que en lugar de potenciar los beneficios se causen toda clase de tropiezos y conflictos que lleven al fracaso tan importante iniciativa. En el plan de la llamada Paralela Norte se contempla allí una intersección que ha sido valorada en cerca de $40 mil millones, la cual incluye una glorieta y pasos elevados, de tal manera que el flujo vehicular sea constante. Si ahora hay congestión allí en horas pico, ¿cómo será cuando esté en funcionamiento el centro comercial?
Hay que reconocer que el apoyo del alcalde Jorge Eduardo Rojas para traer a estos inversionistas, del grupo chileno Falabella, para que desarrollaran su proyecto de Mall Plaza, pero también debe admitirse que no logró traer los recursos para la intersección de La Carola, los cuales estaban contenidos en el paquete para obras del sistema de transporte que Planeación Nacional había prometido para este cuatrienio. El alcalde electo, Octavio Cardona, también se comprometió en campaña con la construcción de esta intersección, de tal manera que lo que fue una estrategia para ganar votos deberá convertirse en realidad.
Cardona ha dicho que una manera de ejecutar pronto tales obras en La Carola es a través de valorización, opción que nos parece pertinente, pero que nos deja dudas acerca de cómo se aplicaría el derrame al nuevo centro comercial, teniendo en cuenta que hoy es apenas un lote en construcción, y que su valoración en dos años será totalmente diferente. No sería justo que en la proporción de pagos los dueños del nuevo proyecto aporten solo una fracción pequeña, cuando el centro comercial será el mayor beneficiado con las obras.
Se requiere un proceso de concertación entre la Alcaldía y el Mall Plaza para hallar la salida más justa y equitativa, de beneficio para todos. Es urgente emprender pronto las obras de la intersección, para que puedan estar listas cuando el centro comercial abra sus puertas, de lo contrario se podrían perjudicar las expectativas económicas de los inversionistas. Si hay retraso en la ejecución de las obras para la movilidad en el sector, el centro comercial tendrá enormes dificultades para llevar clientes, por los necesarios cierres viales que implica construir los puentes y la glorieta.
Por eso, para evitar traumatismos que nos perjudiquen a todos, hay que buscar un punto medio en el que los aportes de recursos para las obras y los beneficios que se pretenden obtener resulten equitativos. Hay que ser creativos para hallar los mecanismos legales que permitan el arranque simultáneo del Mall Plaza y de la solución vial. Hay que garantizar ese flujo de recursos, sin tener que esperar si el Gobierno Nacional desembolsa el dinero que no llegó en cuatro años.

Y a propósito de ese dinero, este nuevo desarrollo plantea, así mismo, el reto de que el sistema de cables aéreos también llegue hasta el sector de La Carola y ayude a movilizar clientes al nuevo centro comercial. Hacia el futuro, también estará el reto de las obras que garanticen la movilidad, sin inconvenientes, en el sector de Milán, que ha acentuado una fuerte vocación comercial y de servicios.