Avances y cosas por mejorar

El informe de calidad de vida de Manizales 2012, presentado esta semana en la ciudad, dejó la sensación general de que la capital de Caldas va por buen camino, pero que hay asuntos en los que es necesario actuar con mayor rapidez y eficacia si queremos disfrutar de mejores indicadores que se traduzcan en hechos reales de bienestar.

Hay avances palpables en la situación del emprenderismo, punto clave para el futuro, pues además de que las empresas actuales crezcan y generen nuevos empleos, lo más importante para hacer sostenible el crecimiento y el desarrollo local es que nuestros profesionales hallen alternativas para la generación de nuevas empresas y, con ello, la aparición de más y mejores puestos de trabajo que retengan la desbandada de cerebros hacia otras regiones o hacia el exterior. El indicador de que uno de cada cinco encuestados está involucrado en la creación de una empresa, es bastante bueno.

En este punto vale la pena mencionar, aunque Manizales Cómo Vamos no lo tiene en cuenta, que el hecho de que el Banco Mundial nos siga manteniendo en el primer lugar en Colombia, en la clasificación del Doing Business, muestra que contamos con suficientes herramientas para hacer de la capital caldense una ciudad próspera y con amplias posibilidades de un porvenir con alta calidad de vida.

Otros temas como los de la movilidad, la seguridad, la salud y la educación muestran que debemos enfocar mejor las acciones conjuntas desde los sectores privados y públicos, con el fin de generar políticas que llenen todos los vacíos y orienten a Manizales hacia un mejor futuro. Por eso, resulta lamentable que el alcalde de la ciudad no se haya hecho presente en el evento, pues solo en esos espacios en los que confluye la ciudadanía es posible buscar una mirada compartida acerca de cómo concretar anhelos.

De la movilidad, es un hecho que gradualmente la ciudad se ha quedado rezagada en materia de vías, y que cada vez es más urgente la implementación de un Sistema Integrado de Transporte que sea moderno, eficiente, económico y cómodo para la gente, que realmente esté al servicio del ciudadano. Si esta condición no se da será muy difícil no seguir insistiendo en tener vehículos propios, que valga decir no son los que más contaminación ambiental generan actualmente.

El otro asunto vital es el de la educación, en la que la capital caldense ha querido generar valores agregados y marcar ventajas comparativas frente a otras ciudades. Realmente resulta paradójico que, siendo esta la apuesta que viene haciendo la ciudad desde hace años, haya todavía problemas graves de cobertura y calidad en los colegios públicos, y tal pareciera que las cifras que maneja la administración municipal tienen inconsistencias, pues la caída en las cifras de matriculados es preocupante. Ahora bien, hay que anotar las mejoras en calidad que se han observado en la educación superior, lo cual no será sostenible si en la educación media hay desmejora.

En lo relacionado con la seguridad, hay disminución en la cantidad de muertes violentas, pero seguimos con un indicador que es casi 4 veces superior al promedio mundial, o el doble del de Bogotá, por lo que hay que ser más eficaces en el control de este flagelo. Por otra parte, a pesar de tener una muy baja cultura de denuncia, aumentaron los atracos callejeros, los hurtos a residencias y, en general, las acciones de la delincuencia común, lo que no es admisible en una ciudad que además tiene un impuesto adicional para luchar contra el delito.

En la salud también se perciben enormes vacíos, en los que la ciudad debe trabajar. Desde luego que en esta materia hay mucha dependencia de normas y decisiones nacionales, pero local y regionalmente pueden adoptarse medidas que permitan transformar favorablemente el sector. En general, y en todos los temas, hay que fomentar más la participación de la gente en las decisiones y trabajar fuertemente en la cultura ciudadana, para que los avances sean más rápidos y efectivos.