Autónoma y de alta calidad

yer, en Medellín, el Ministerio de Educación Nacional le entregó a la Universidad Autónoma de Manizales (UAM) la Acreditación de Alta Calidad, lo que la incluye en el selecto grupo al cual pertenecen 38 universidades de todo Colombia, que cumplen con altos estándares y que son las más competitivas en el país. Lo mejor es que la ciudad completa así cuatro centros de educación superior con estas características, pues la privada Universidad de Manizales y las públicas U. de Caldas y Nacional ya la habían logrado. Ese es un alto porcentaje que consolida a la capital caldense como ciudad universitaria, con hechos concretos para mostrar.

La Acreditación de Alta Calidad le llega a la Autónoma 36 años después de su fundación, y cuando desarrolla un proyecto de expansión y crecimiento que vale la pena destacar, y que en próximos años podrá influir en una calidad académica y humana también mayor. Una acreditación de este nivel les abre las puertas a las instituciones colombianas para interactuar en igualdad de condiciones con las mejores universidades del mundo, fortaleciéndose la posibilidad de adelantar convenios y alianzas de cooperación que pueden ser muy beneficiosos.

Lo más sobresaliente de este logro es que las universidades ingresan voluntariamente a estos programas, y se comprometen a realizar exámenes periódicos y procesos de mejora continua, con el objetivo de mantenerse entre las instituciones con bases más fuertes para impartir una educación de primer nivel. El aporte social que actualmente hace este centro, con becas para jóvenes bachilleres de bajos recursos y buen rendimiento académico, podrá tener un impacto más positivo para la región.

Es de resaltar, así mismo, que la Autónoma es la segunda universidad privada que alcanza este reconocimiento en el Eje Cafetero, y que por fuera de Manizales la Universidad Tecnológica de Pereira es la única que tiene ese mismo nivel en la región. Si desde hace décadas la capital caldense ha sido atractiva para miles de jóvenes de otras zonas del país que vienen a capacitarse, con los más recientes hechos académicos que muestran no solo cantidad de alumnos e instituciones, sino también calidad en los procesos educativos, esa tendencia de crecimiento tiene que ganar mayor fuerza.

Desde luego que esto también nos compromete como ciudad a trabajar más a fondo en la educación en todos los niveles, para que los bachilleres que salen de los colegios caldenses lleguen a las universidades con las capacidades que les permita responder eficientemente a las exigencias de una educación universitaria de mayor calidad. El proceso tiene que comenzar desde la primera infancia, con la confianza en que esa inversión se transformará en un futuro mejor. En esa medida también podrán alcanzarse impactos económicos y sociales más favorables en la región, que nos lleven a progresar y destacarnos no solo en Colombia sino en el contexto latinoamericano, como un centro académico de primer nivel.

La calidad académica unida a una permanente proyección social de la Universidad, consolidan una oferta educativa que asume los retos de seguir creciendo y mejorando, así como de continuar prestando un servicio social que genera un gran impacto en toda la comunidad.