No pasa un día sin que se conozcan nuevos casos de mala atención en alguna EPS o IPS de Manizales. Tal vez por eso es que cada vez los caldenses acuden al uso de la acción de tutela para garantizar su derecho a una buena atención. De hecho, resulta exagerado que Caldas sea cuarto en el uso de estas herramientas jurídicas, solo superado por Antioquia, Bogotá y Valle del Cauca. Hay que hacer mucho para revertir esta tendencia y asegurar una atención general de mayor calidad.
Es triste ver que cientos de usuarios del sistema se ven obligados a exponerse a los intensos fríos de la madrugada para poder tramitar la autorización de una cita, un examen o cualquier otro procedimiento médico, especialmente en las EPS del Régimen Subsidiado. Es común ver en las calles de Manizales, a primera hora, largas filas de usuarios, muchos de ellos de la tercera edad, quienes tienen que esperar varias horas para que los atiendan, y luego semanas y meses para poder recibir la atención médica que requieren.
En este marco, resulta apenas lógico que la Administración Municipal esté planteando en su presupuesto para el 2015 que la salud será prioridad, con una inversión cercana a los $76 mil millones, el 15% del total. Si bien estas inversiones estarán enfocadas, básicamente, a la atención primaria en los centros que dependen de Assbasalud, y no tienen vinculación con lo que ocurre en las prestadoras del servicio nacionales, la esperanza es que con ello mejoren en algo las coberturas y la calidad del servicio. De la Gobernación se espera una orientación similar en cuanto a inversión.
Ahora que viene una temporada de lluvias persistentes que afectarán la zona andina colombiana, y en donde Caldas tendrá que resistir cambios climáticos fuertes, se verán incrementadas las afecciones respiratorias y otras enfermedades tropicales que siempre se disparan por esta época. Es fundamental que, además de las campañas de prevención para reducir los efectos de los virus y las epidemias, se ajusten las respuestas satisfactorias ante el incremento en las demandas de servicios de salud.
En este sentido, más que en Manizales, las acciones preventivas deben enfocarse en municipios como Chinchiná, Palestina, Riosucio, Marmato, Supía, La Dorada, Norcasia, Samaná, Pensilvania y Victoria. Es justamente allí donde los servicios de salud resultan más precarios y son numerosos los casos en los que los pacientes tienen que ser trasladados a Manizales e incluso a otras ciudades para poder recibir atención. Para colmo, son muchos los casos en los que ni siquiera en la capital caldense los pacientes pueden ser atendidos y son enviados a otras ciudades, sin mayor consideración.
En este punto, la preocupación no es solo por lo que significa esto para los pacientes, sino que el Índice Departamental de Competitividad también se ve afectado por todos los problemas de salud que hoy tenemos. Si bien estamos bien posicionados, al ser cuartos en el contexto nacional en competitividad, es una verdad incuestionable que podríamos estar aún mejor si los temas de salud fluyeran de manera más eficiente. Esa es otra razón por la que es fundamental coger el toro por los cuernos y lograr que la atención a los pacientes sea mejor.
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