res años después de la firma del convenio entre los presidentes de Chile, México, Perú y Colombia, el lunes pasado entró en vigor el acuerdo marco de la Alianza del Pacífico (AP), con lo que se eliminan fronteras comerciales, se abre la libre movilidad de recursos humanos, se consolida un proceso de complementación de bolsas de valores y comienzan a funcionar otros proyectos de integración tributaria, educativa y logística. El propósito es lograr un área de integración profunda en aspectos económicos y sociales.
Desde el punto de vista económico, un hecho significativo es que el 92% de los productos que se intercambian entre los cuatro países quedaron a cero arancel y el restante 8% tendrá un tratamiento diferenciado. Así, existe la posibilidad de aprovechar mejor un mercado de 214 millones de consumidores, ante lo cual se abren grandes posibilidades para los empresarios colombianos, sobre todo en materia del potencial exportador. Frente a México, por ejemplo, hay mucho por hacer, ya que en el 2014 Colombia importó 4.736 millones de dólares, mientras que le vendió apenas 963 millones de dólares a los mexicanos.
Es valiosa la presencia de Colombia en este grupo, clasificado como la sexta mayor economía del mundo y con la expectativa de ser la cuarta que más aportará al crecimiento internacional en el inmediato futuro, de acuerdo con el grupo financiero Bbva Bancomer. De hecho, la AP aporta el 36% del Producto Interno Bruto de América Latina, y se prevé que la economía regional crecerá por encima del 4% en los próximos años, mucho más que el promedio de toda Latinoamérica, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Nuestro país debe moverse con mayor velocidad, con el fin de aprovechar todas las oportunidades. Solo en materia de turismo se tendrá una estrategia conjunta de vender los cuatro países como un solo destino (al estilo Unión Europea), en lo cual también surgen nuevas posibilidades para nuestro Paisaje Cultural Cafetero. La relación de Caldas con el Pacífico también debe profundizarse y analizar estratégicamente cómo sacarle el mayor provecho.
Está más que probado que el futuro de la economía mundial dependerá de lo que ocurra en la cuenca del Pacífico, amplia zona compartida por las economías más dinámicas de América y las más fuertes del continente asiático, por lo que es fundamental que Colombia tenga un fuerte liderazgo en el grupo y aproveche su condición geográfica de estar en todo el centro del continente. Eso le permite mantener distancias equivalentes frente a los demás miembros, lo que podría dar ventajas logísticas y otros beneficios sociales y económicos nada despreciables. Los mayores desafíos, sin embargo, están en materia de infraestructura e innovación.
Hay que destacar que en lo que va de la firma del acuerdo los países miembros han entregado 850 becas para estudios universitarios, se ha avanzado en el Fondo de Cooperación y la Red de Investigación Científica en materia de cambio climático, se tiene una oficina comercial conjunta en Turquía y embajada compartida en Ghana y se ha intensificado el turismo entre sus miembros. De hecho, en el último año, el número de turistas de estos países se incrementó en un 18%, y las posibilidades de crecimiento son ahora mayores.
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