Negocios | LA PATRIA
Fue su primera vez en Manizales, pero una nueva visita a Colombia. El experto canadiense John Conolly llegó a la ciudad para deleitarse de cerca con el aroma del café colombiano, pero también para olfatear las fallas que no permiten una producción eficiente de café, sobre todo en productoras y fincas de pequeñas extensiones.
Conolly llegó desde Ottawa para aconsejar a las productoras de la Asociación Mujer y Café de Manizales en su interés de acercarse al entorno cafetero local y mejorar su producción.
Este proyecto de cooperación internacional, desarrollado entre la Secretaría de TIC y la Cámara de Comercio de Manizales, busca el desarrollo de un plan de mercado para potenciar los mercados de la Asociación y consolidar la sostenibilidad en el tiempo.
Federico Jaramillo Robledo, profesional de Cooperación para el Desarrollo Regional de la Cámara de Comercio de Manizales, indicó que el experto estructuró la planeación estratégica y de negocios de la Asociación. “La recomendación es que inicien con un punto de venta, incluso en la Cuchilla del Salado y que tenga una página web. Buscamos que la organización sea sostenible y que genere ingresos para que se beneficien las familias de estas mujeres cabeza de hogar”.
El canadiense habló con LA PATRIA Radio sobre su visita y algunas conclusiones preliminares del trabajo realizado con la Asociación.
Trabajo con la Organización de Servicios Ejecutivos de Canadá, una agencia financiada por el gobierno federal y el sector privado. Lo que hace esta organización es tomar a personas con experiencia en un área específica, como yo. En mi carrera con el gobierno federal he trabajado con industrias de agricultura y pequeños negocios para que buscar métodos de exportación. Me jubilé y esta organización me invitó; tenemos proyectos en 21 países alrededor del mundo. Si hay un proyecto donde alguien necesita aprender cómo vender, comercializar y exportar, nosotros le ayudaremos.
Ellas son muy buenas cultivando y procesando café; es excelente. Tanto así que tiene un potencial de ser altamente solicitado en el mercado internacional. El problema y el reto es ¿cómo hacer para llevar el café de los sacos a la exportación?
Llevarlos al punto de exportación es complejo, por lo que se necesitan tres niveles diferentes: El primero, desarrollo personal; el segundo, desarrollo de la organización; y el tercero, aprender a exportar. Lo que hago ahora es una asesoría de la organización para encontrar qué conocimiento tienen y qué necesitan, para ponerlo en un plan de negocios; algo que no va a suceder en un año, sino que necesitará de tiempo para desarrollarse.
Es mi décimo proyecto; he estado en Honduras, Bolivia y otros países latinoamericanos. Todos los proyectos son diferentes. Cuando vas a estos proyectos piensas en unas cosas, pero encuentras otras. Lo que haces es proponer un plan para ellos, a veces lo siguen, otras veces no. Los resultados dependen de la ejecución y seguimiento del plan.
La Asociación es maravillosa. Las mujeres que manejan las fincas son muy fuertes e interesadas en vender su café. Hemos tenido reuniones y discusiones sobre cómo modernizar la Asociación y sé que ellos quieren vender su café, por lo que están muy interesadas en el plan.
La falta de recursos. Parte de mis recomendaciones es que busquen a varias agencias, como Procolombia, que ayudan en exportaciones; Trade Colombia, donde les enseñan a negociar y vender sus productos; el Ministerio de las TIC, para que les lleven internet, porque no tienen acceso a internet. Invito a que se contacten para que haya internet en las veredas y se desarrollen sus proyectos y la vereda.
Es un reto para la Asociación, pero hay organizaciones que se encargan de que tengan un precio justo en los mercados. Allí les garantizan una buena tasa de retorno en la inversión. A veces los pequeños productores no pueden con toda la demanda, por lo que organizaciones como Fair Trade International les pueden ayudar a encontrar la solución a este problema.
La primera necesidad es el internet y conectividad. La mayoría de las compañías del mundo venden más de la mitad de sus productos en la red, entonces, si no tienes esa conexión puedes estar mal. También, se necesita entrenar a miembros de la Asociación porque no saben cómo vender o exportar; deben ganar algo de experiencia en ferias de comercio para que se relacionen y se den a conocer. Lo importante es que tengan los conocimientos.
Diría que llevar el producto al mercado es un reto en un largo plazo porque es una vereda remota, los costos de transporte son altos y el aeropuerto es lejano, sin embargo el gobierno es el único que puede resolver este problema. También, el mercadeo. Hay que mejorar la forma en la que se hace publicidad de los productos y se negocian. Finalmente, cómo llevar más mujeres a la Asociación, ese es un objetivo y un reto para robustecer esta organización.
Dolly Usma y Martha Pineda están entre las 25 mujeres que componen la Asociación. Dolly llegó hace cinco años, mientras que Martha hace parte de las fundadoras en el 2005. Ambas reconocen que es fundamental la conexión a internet, pero insisten en que no ha sido fácil obtener el acceso y la ayuda del gobierno para estar conectadas. Saben que la calidad de su producto es alta y por lo tanto buscan articularse para poder establecer su primer punto de venta.
25 mujeres caficultoras componen esta asociación. Están ubicadas en diferentes veredas de Manizales como Lisboa, la Cuchilla del Salado o La Violeta.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015