JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
Seis meses alcanzó a estar al frente de la Licorera de Caldas el actual gerente saliente Bruno Seidel Arango, con lo que se convierte en el quinto funcionario que pasa por la ILC en los últimos dos años. Todos con tiempos relativamente cortos, de entre cinco y siete meses, como máximo.
De allí, que para muchos esta empresa se haya convertido en el mayor "quemadero" de varios dirigentes con experiencia y reconocimiento nacional, ante la crisis que arrastra la compañía.
La diferencia para algunos gremios, empresarios y hasta políticos, es que Seidel Arango contaba con el mayor respaldo y credibilidad, por encima de todos los anteriores.
De ahí que muchos creyeran que sería el "salvador" de la segunda licorera más importante de Colombia, en especial por las propuestas y el plan de choque que se socializó.
La crítica de algunos dirigentes políticos es que su renuncia es una decisión irresponsable, debido a que sabía el estado de la empresa desde que llegó y hoy la deja a la deriva.
Sin embargo, Seidel Arango insiste en que es prioridad su situación personal y de salud, y agrega que en la ILC falta que algunos actores pasen del respaldo al compromiso real.
- ¿A usted lo calificaban como el salvador de esta entidad, qué lo asustó?
Son varias las razones que motivaron mi decisión. La primera y absolutamente contundente es que se trata de un tema personal, de salud, familiar, y lo tengo que atender. Se suma otro elemento, y es que la empresa tiene serios problemas coyunturales y estructurales y necesita el compromiso real de todos, no solo el respaldo. La ILC ha recibido el respaldo de grupos de interés, incluyendo sindicatos y políticos, pero estas dos palabras tienen alcances distintos. Dicho de otra forma, está rodeada de demasiados intereses y, a mi modo de ver, no hay disposición para sacarla adelante.
- Eso lo sabía desde el principio, ¿pero hay otros factores, como las continuas críticas por los procesos que hizo en la ILC?
Tristemente el 40% del tiempo lo he tenido que dedicar a todo, menos a trabajar, a lo urgente, a apagar incendios, menos a lo trascendental que es buscar salidas de fondo. He tenido que atender el cotarro mediático, el proceso valioso de las entidades de control y los llamamientos y requerimientos válidos de la Asamblea. Ninguna de esas tres cosas está mal, el problema es el resultado en su conjunto y así es imposible responder, a mí no me van a medir por cuántos periodistas atendí o a cuántas "ías" les entregué información, mi responsabilidad es más integral y más grande, y no hemos podido dedicar el tiempo. Todo eso junto hace que dé un paso al costado.
- Da a entender que lo dejaron solo, ¿se habló mucho, pero hubo poca acción?
No, yo recibí el mejor respaldo de todo el mundo, el gobernador fue inmenso en su apoyo, los gremios y demás, pero es difícil que ese respaldo se vuelva realidad cuando hay tantos intereses. Todo mundo quisiera que esto saliera adelante, pero sin que le toquen sus intereses. Lo que siento es que todavía no hay conciencia de la gravedad de la situación de la ILC, ni disposición de entregar esos intereses en beneficio de la empresa. Muchos creen que esto es cuento, e incluso algunos me tildaron de extremista y radical, de alarmista. Ojalá sea así y yo sea el equivocado.
- ¿A qué actores les ha faltado compromiso. A los empleados y los políticos?
No, pienso que a todos los grupos de interés y con respeto los llamo a que vuelvan ese respaldo un compromiso. Se los pido a empleados, sindicatos, distribuidores, políticos, entes de control y hasta medios de comunicación, porque con una chiva entierran esta empresa y en los últimos dos meses nadie tuvo recato en ponerla en la mitad del huracán.
- ¿Qué presión hay de los sindicatos, ante hechos como el cierre de la planta de destilación?
Respeto a los tres sindicatos, y siempre he tenido buena percepción de ellos. En el caso de la destilería se evidencia mi crítica frente a los reales compromisos, pero cada quien pelea por lo suyo.
- ¿Y la presión política la llegó a sentir?
No, acá no hubo presiones políticas, hubo una relación muy decente con la Asamblea, reconozco que pudo faltar un acercamiento mayor, pero no hubo presiones indebidas, ni imposiciones.
- Los recientes informes dan a entender que hay muchas cosas que funcionan mal. ¿qué es lo que está podrido en la ILC que no la deja funcionar?
Es un problema estructural, absolutamente integral, la empresa tiene dificultades por todos los lados, tanto internas y externas, y todo mundo quiere garantizar su statu quo, entonces entrar a hacer un ajuste, sin que nadie esté dispuesto a que lo toquen es imposible, porque milagros no se hacen.
- ¿La ILC se tiene que privatizar?
Hay muchos modelos, unos mixtos, unos públicos eficientes y una figura de alianzas público privadas, pero no hay un modelo que sea palabra de Dios. Una vez se tengan los resultados de todos esos estudios, se tendrán que tomar las decisiones de la mejor opción para este caso particular.
- ¿Pero sobra gente en la ILC, porque se ha hablado del retiro de hasta unas 150 personas?
Sí, esta empresa tiene un modelo de operación anacrónico. La destilería en los últimos años se ha prendido tres meses en promedio por año y a los empleados se les pagan 12 meses, y así es todo, en envasados es cíclico, aquí se envasa casi en el último trimestre del año y en el resto la gente está por ahí, entonces es una empresa con problemas muy serios.
- Cuándo usted llegó, dijo que lo hacía con el interés de aportar, por romanticismo, convicciones éticas y como un servicio civil obligatorio ¿perdió el interés?
El servicio público no es un tema sencillo, tiene muchas variables complejas. Me voy tranquilo, porque he trabajado durante muchos años por lo público, con buenos resultados y dejando cosas importantes para la ciudad y la región. Me voy de aquí sin la felicidad plena, pero dejo unas semillas sembradas, poniendo en blanco y negro la situación de la empresa. Alguien me decía que era una caja de Pandora, y creo que la abrimos a la luz. Dejamos un plan de choque, un plan estratégico que va a entregar sus insumos para tomar una mejor decisión. Las decisiones no se toman en dos o tres meses, como algunos pretenden, a esta empresa se demoraron mucho tiempo en acabarla y no será poco el tiempo para recuperarla.
- Algunos plantean que es irresponsable que deje la empresa a la deriva, pues conocía la situación desde el principio, ¿qué opina?
Respeto esas opiniones y no entro a calificarlas. Mi decisión tiene base en mi conciencia y está muy tranquila. Lo que voy a conseguir, entre otras cosas, es poder dormir tranquilo.
- ¿Es cierto que tiene opción de irse para la Empresa de Energía de Bogotá (EEB)?
Ese es un chisme, pero hoy no tengo nada seguro, he conversado con personas cercanas, yo vivo de mi sueldo y de mi hoja de vida, y voy a buscar qué hacer, ni más faltaba, porque es un derecho constitucional que me asiste, pero no hay nada seguro, no tengo ninguna oferta, ningún compromiso laboral. Es más, si se sabe de algo me interesaría mucho, porque tengo que llevar mercado a la casa.
- ¿Pero ha participado en alguna convocatoria o proceso de elección?
Desde hace mucho tiempo. Desde el año pasado, desde antes de venirme para la Licorera he tenido conversaciones con la EEB para diferentes oportunidades laborales que no se han dado, soy cercano y conozco al gerente, allá hay mucha gente cercana, del equipo que tenía en Chec y supongo que por ahí viene el ruido. La hoja de vida la tiene el grupo, como la tienen otros.
- ¿Cómo queda la empresa?
Siento que está en una de sus peores crisis de la historia. Un gran avance es identificar su real situación y dejar un plan de choque para empezar a corregir el camino.
- ¿Se arrepiente de haber vuelto a gerenciar la ILC, después de su paso en el 2000?
No, estoy viviendo un momento personal difícil, pero también estoy aprendiendo inmensas cosas. Este paso por la ILC no será gratuito y me servirá para tener las cosas claras en la vida y eso ya es un gran logro. Conocí personas muy especiales, más a fondo esta industria y eso no es desechable.
"Acuérdese de la diferencia entre una gallina y un marrano en una bandeja paisa. Una gallina respalda con un huevo, pero un marrano se compromete con su cuerpo. Son dos alcances distintos".
"Aquí hay gente espectacular, que se la juega por esta empresa, muy valiosa y con un gran conocimiento, lo que pasa es que también hay de la otra".
"Uno no siempre tiene que ganar, el éxito pleno nunca existirá, por eso no me siento quemado, y lo que hice me da tranquilidad, reconociendo que no me voy con plena felicidad".
"Esta es una empresa absolutamente distinta a la del 2000. Infinitamente más averiada y más afectada".
El gobernador de Caldas, Julián Gutiérrez Botero, lamentó la renuncia del gerente de la destilería, Bruno Seidel Arango, al destacar el trabajo que se estaba haciendo a través del plan choque, con el fin de buscar salidas contundentes para sacarla adelante. Sostuvo que esta semana tomará decisiones de fondo para determinar el camino y definir el proceso de elección del nuevo gerente.
Miembros de junta
José Fernando Salazar Echeverri: Es muy lamentable, porque estaba haciendo una labor muy dura, destapando cosas y poniendo orden en otras. Con esto uno no sabe para dónde va la ILC.
Guillermo Arango Gutiérrez: Teníamos muchas esperanzas, presentó un plan de acción para rescatar la ILC, muy bueno y bien estructurado. Nos da pesar, pero nadie es irremplazable.
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