JULIÁN GARCÍA
LA PATRIA | CHINCHINÁ
La empresa Ecoagro S.A.S, famiempresa de Chinchiná (Caldas), le camina a proteger el medio ambiente con productos orgánicos.
La compañía, que se inició hace un año, inició un proceso que les permite transformar las frutas en descomposición, en abono orgánico y complementos nutriciales animales, partiendo de la fermentación de lixiviados.
De acuerdo con, Juan Diego Giraldo Zapata, propietario e ingeniero Industrial de la Universidad Nacional (UNAD), la
idea de negocios surgió a raíz de una tesis de grado, hace cinco años.
"El objetivo era aprovechar productos contaminantes para el medio ambiente y transformarlos en material aprovechable para el agro, teniendo en cuenta que no solo son saludables, sino que benefician a las mascotas, al ser naturalesy de primera calidad. Con ello aportamos nuestro granito de arena para la protección ambiental", explicó.
El inicio
Al principio arrancaron con frutas como mango, piña y naranja. Hoy además cuentan con los derivados de café, como es la borra, además de la mora, el cacao y la fresa, resaltó.
Su familia y unos socios, aportaron parte del capital. Juan Diero recuerda que fueron $90 millones, con el aporte familiar, ante todo, debido al freno que encontraron en los bancos.
"Arrancar fue duro, porque muchas veces nos cerraron las puertas y nos negaron créditos, pues decían que teníamos que tener un año de experiencia. Por eso comenzamos a buscar socios y pasar de ser una empresa familiar a tener socios externos. Por eso con un poco de persistencia y dedicación logramos salir a flote". Resalta.
La mayor parte de la materia prima la consiguen en supermercados y en galerías, producto que después transportan a la planta de producción y empacado, ubicado en la vereda Los Cuervos. “Lo que fabricamos no tiene químicos y es amigable con el ambiente”, explicó.
A exportar
Ese trabajo y el crecimiento de la empresa, que hoy procesa entre 50 y 60 toneladas al mes, los motivó a abrir otra sede, en el sector de Tarapacá, vía Santa Rosa de Cabal (Risaralda).
"La meta es que por lo menos en un mes y medio la podamos abrir, además con la generación de nuevo empleo, adicional a los 10 empleos directos que hoy tenemos. La meta es genera otros 8 0 10 empleados más", sostiene Juan Pablo, quien insiste en que el interés es no solo tener una empresa, sino recuperar desechos agrícolas, para transformarlos en productos de primera necesidad para el agro.
La dedicación y la generación de empleos, hizo que hace tres meses la compañía recibiera el premio Innova del Emprendimiento, otorgado por las cámara de Comercio del Eje Cafetero, entregado a jóvenes innovodores.
Gracias a este premio y a las cámaras de comercio, también se les abrieron las puertas con Procolombia, con el fin de exportar hacia países México y Brasil.
"Por ahora estamos adelantando los trámites legales con el fin de arrancar hacia enero del 2018", resalta este joven de 28 años, quien indica que el primer interés es exportar abonos, como restauradores de suelo.
Su hermana, Diana Paola, llegó hace unos meses de Estados Unidos con el fin apoyarlo, y a ayudarle a sacar adelante la microempresa, que ahora proyecta consolidarse en la región y abrir nuevas sedes y comenzar a procesar otros productos como aceites naturales.
Juan Diego Giraldo Zapata
"Los sueños y las metas no se pueden dejar por el medio. Yo aproveché el que era mi mayor temor, dejar mi trabajo, aunque tengo dos hijos: a Jacobo y María Paz Giraldo, y a mi esposa, Luis Fernanda Quintero. Por eso, ese mayor miedo que era fracasar, y dejarlos sin algún sustento económico, lo convertí en mi mayor fortaleza y ellas fueron mi primer motor para salir adelante".
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