ADRIANA OSORIO
NEGOCIOS | LA PATRIA
La Misión Logística, los planes para mejorar la infraestructura de transporte y nuevas salidas para reactivar el comercio con Venezuela están entre las labores principales de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
Según Javier Díaz Molina, presidente de la entidad, estos son los retos fundamentales para que el país sea más competitivo, recupere posiciones en el Índice de Desempeño Logístico y aumente las exportaciones de productos no minero energéticos, pues aún no se logra.
Por esto, México y Chile como modelos a seguir en logística son los invitados a la versión 12 de Expologística, que se realiza a partir del miércoles en Bogotá. "Tenemos que aprenderle mucho a México con su comercio con Estados Unidos, con el que ha desarrollado una logística en distribución y provisionamiento mediante sus parques industriales. En el caso de Chile, con su logística agroindustrial, las redes de frío y todo lo que han desarrollado para su oferta exportable", manifestó Díaz Molina, quien habló con NEGOCIOS.
¿Por qué Colombia ha perdido posiciones en el índice de desempeño logístico?
Cuando uno mira cuáles son las materias en las que nos va mal, particularmente el tema aduanero nos califican mal. Todos somos conscientes del atraso que tiene el país en este asunto. Hasta ahora estamos poniendo en vigencia un nuevo estatuto aduanero, pero nos falta el sistema informático, que nos permite ser más eficientes en los trámites. Por ejemplo, si usted quiere hacer una declaración de exportación vía electrónica, se demora 20 minutos, pero si no hay sistema, si está caído, se demora 11 días. Allí se ve de manera clara la fragilidad que tiene Colombia al no contar con un sistema informático robusto, seguro, transparente, para sus operaciones de comercio exterior.
El otro problema es la infraestructura. Por fortuna nos hemos venido desatrasando en lo que tiene que ver con la red vial de transporte, estamos haciendo las 4 g, las doble calzadas, viaductos, túneles, pero no tenemos un sistema de transporte intermodal.
¿Esas debilidades se evidenciaron en durante el paro camionero?
Vimos durante el paro la dependencia a ese modo de transporte, que pone al país en una situación de fragilidad muy grande. Lo bueno es que el paro nos sirvió para darnos cuenta que tenemos ferrocarril y que tenemos río Magdalena. Desde Bogotá pudimos llevar carga hasta Boyacá, igual a Santa Marta, por medio de ferrocarril y del Magdalena. Se movieron 270 mil toneladas por esos medios, equivalentes a 9 mil tractomulas por las carreteras. Hemos desaprovechado esos medios de transporte y esto nos lo califican mal.
¿El gremio tiene un monto consolidado por pérdidas por el paro?
Es muy difícil, porque depende de cada empresa, de los contactos que tenían, de los cumplimientos e incumplimientos. Muchos movieron carga por avión, para no recibir sanciones que están en los contratos, pero no tenemos un consolidado.
¿Existe una propuesta clara para mejorar la infraestructura multimodal?
El año pasado el Departamento de Planeación Nacional (DNP) realizó la encuesta Colombia Logística, que nos permitió recoger información actualizada, y eso nos ha permitido también crear la Misión Logística, que es una mesa de trabajo en la que participan los sectores público y privado. Se mira cuáles cuál es el plan de acción para que el país mejore.
¿Qué esperan de la reforma tributaria?
Esperamos que de verdad sea estructural, que sea una reforma con una vigencia de por lo menos 10 años y que nos permita equilibrar las cargas, es decir, que más personas contribuyan a la tributación, y no unos pocos. Se necesita también cerrar huecos por los que se hace evasión, elusión y contrabando. Es que cuando uno suma evasión y contrabando eso da el 47% de los ingresos ordinarios de la Nación. Una compañía que pierde ese porcentaje no es viable, igual pasa con el Estado. Hay que trabajar para lograr una tributación más sencilla, comprensiva, que nadie escape a la contribución, en proporción a sus posibilidades.
Disminuir el costo país
Usted expresó desde hace dos años su preocupación por la disminución en exportaciones minero energéticas y la necesidad de impulsar las no minero energéticas, ¿sí se ha reaccionado?
Infortunadamente esto no ha cambiado, no tenemos un comportamiento dinámico de las exportaciones no minero energéticas. La gente se pregunta por qué, si tenemos la tasa de cambio alta, pero las exportaciones no solo dependen de eso, hay otras variables, por ejemplo, la demanda internacional es muy importante, pero los países a los que exportamos esos productos, también están sufriendo las consecuencias de las caídas de los precios de los productos básicos. Vemos a Venezuela, a Ecuador, con crecimientos negativos en su economía. También a Perú, Chile, México y Brasil, con menores tasas de crecimiento, entonces la demanda se ha contraído y eso nos impacta.
¿Entonces cuál es el reto? ¿Llegar a otros mercados?
Sí, explorar otros mercados, pero primero tenemos que trabajar para disminuir el costo país. Hacer negocios en Colombia o desde Colombia sigue siendo muy costoso. Tenemos una de las tasas impositivas más altas para las empresas y eso nos resta posibilidades de atraer inversión extranjera para vincularnos a esas cadenas globales de valor. Tenemos las zonas francas, pero hay que dinamizarlas, que sean instrumentos a través de los que el país se conecte. Tenemos que trabajar en una política productiva para aumentar la oferta exportable. Estamos en un tratado con Corea que acaba de entrar en vigencia, pero necesitamos desarrollar una oferta exportable al Asia y al Pacífico, como Perú y Chile, que ya lo hicieron.
¿Sí han servido los Tratados de Libre Comercio?
Uno no puede sentirse satisfecho con el desempeño de los TLC, pero en buena medida por todo lo que hemos hablado. El país sigue siendo costoso y la dinámica afuera no es la mejor. Tenemos que ver cómo aprovechamos ese acceso que tiene Colombia a los mercados internacionales para tener un mejor posicionamiento.
¿Qué sigue con el comercio con Venezuela? ¿Sigue siendo importante?
Diría que sigue siendo un mercado natural para Colombia, pero hay que entender que la situación que vive el vecino país no es la mejor. No se consiguen divisas para pagar las importaciones. Nosotros llegamos a exportar en el mejor de los años, que fue el 2008, 6 mil millones de dólares, y este año vamos a estar por debajo de los 1.000 millones de dólares, es lo que se ha podido vender y con pagos anticipados porque los exportadores no se pueden arriesgar a mandar sus productos sin saber cómo les van a pagar.
¿Se están trabajando estrategias para esto?
De cara a una apertura de la frontera, se están mirando instrumentos como el trueque, que permita tener un comercio sin necesidad de las divisas, pero eso está en borrador y aún no hay nada concreto. Hay que ser ingeniosos para reactivar ese comercio. Cuando un país como Venezuela necesita abastecerse, el proveedor de primera mano y que debería aprovechar ese mercado es Colombia.
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