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La iniciativa de un salario mínimo diferencial por regiones cobró vigencia el pasado octubre en el informe de Borradores de Economía del Banco de la República en el que se propone que el país implemente un salario diferencial según la productividad de las regiones, buscando reducir la informalidad laboral en las ciudades.
“Proponemos que ciudades más productivas tengan un salario mínimo superior al de otras de baja productividad, esto permitiría un balance entre productividad laboral y salario mínimo que no dificulta la demanda de trabajo formal”, señala el informe realizado por los investigadores Luz Flórez y Luis Arango.
El director del Centro de Estudios Económicos de la Escuela Colombiana de Ingeniería, Eduardo Sarmiento, esta propuesta aún necesita madurarse porque podría profundizar las problemáticas que viven las regiones con baja productividad.
“La propuesta necesita más estudios porque podría generasen menores salarios para los Departamentos más atrasados, lo que aumentaría las dificultades”, explicó Sarmiento.
El profesor de Economía de la Universidad Nacional, Ricardo Bonilla, explicó que podríamos repetir escenarios en donde se cambian las políticas, pero el problema continúa.
La idea no fue acogida por el presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT) Julio Roberto Gómez. "Es inaceptable la propuesta. Lo que la CGT plantea es que el único Departamento en donde debe existir un salario diferencial es en San Andrés y Providencia, cuyos productos son importados y por eso su costo es mayor”, manifestó Gómez.
Los empresarios consideran que es necesario debatir las implicaciones de un salario diferencial. “Vemos que el costo de vida entre una ciudad como Bogotá y un pueblo es distinto”, aseguró Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
¿Cómo se daría esta propuesta?
Según el documento del Emisor, se realizaría un cálculo para determinar el nivel de la informalidad en las ciudades para organizarlas en cuatro grupos que permitan determinar los salarios, los cuales se implementarían durante cinco años para luego definirlos de forma plena en las capitales.
En un primer grupo estarían las ciudades que presentan una tasa de informalidad baja (Bogotá, Manizales y Medellín) en donde el ajuste del salario mínimo sería igual a la meta de inflación de largo plazo y algún estimado de crecimiento en la productividad que estaría entre 0,5% a 1% anual.
Para las regiones que tengan informalidad media (Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Pereira, Cartagena) el ajuste sería de 75% del correspondiente a las ciudades del primer grupo. Para las de informalidad alta (Villavicencio, Neiva, Armenia) el incremento sería de 50 % y en las de muy alta (Cúcuta, Montería, Florencia, Valledupar, Quibdó, Riohacha, Santa Marta y Sincelejo) estaría en 30 %.
Para el profesor de la Universidad Nacional, otro de los obstáculos que tiene la iniciativa de los investigadores es que a partir de una decisión de la Corte Constitucional no se puede implementar un salario mínimo por debajo de la inflación. Agrega que un salario diferencial por regiones tendría que ser progresivo y el incremento diferencial sería una cosa de milésimas.
El economista Sarmiento resaltó: "Lo que necesitamos es empujar el salario para que las diferencias se reduzcan con las regiones más avanzadas, pero si les ponemos salarios inferiores a las regiones más atrasadas vamos a acentuar y ampliar las brechas salariales” explicó.
Migración
Para los expertos, otra de las consecuencias que tendría la implementación de salarios diferenciales por regiones sería que las personas se trasladarían a zonas donde encuentran una mejor remuneración, teniendo un efecto contrario al de la propuesta.
“La estrategia en realidad debe ser cómo promover actividades productivas, de qué manera se podría generar más emprendimiento”, explicó el académico Bonilla.
Sarmiento consideró esta posible consecuencia tras explicar que “la gente tiende a irse a donde hay mejores salarios, pero cuando hay más personas baja el poder adquisitivo y hay una tendencia a la igualación. Esa migración tendería a reducir las desigualdades porque si todo mundo se va a estas regiones con altos salarios pues ese salario bajaría", afirmó.
Para expertos, lo que se tiene que hacer es una organización, no a través del salario mínimo, sino a través de políticas que permitan reducir esas brechas que se están registrando con un proceso de generación de empleo, de creación de industria y de planificación en las regiones que permitan mejorar su productividad.
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