Guillermo Grosso, el nuevo interventor de Saludcoop y quién reemplazó a Mauricio Castro, tendrá varios retos en sus manos. Unos son pagar la cartera con los hospitales, mejorar el servicio ante las quejas reiteradas de los usuarios y entrar en una entidad con un sindicato que no quiere la intervención. En entrevista con La República, Grosso habló de su llegada a la entidad.
El principal reto, por la situación propia de la empresa y del mismo sistema, es tener una operación que satisfaga las expectativas de los usuarios. Tenemos que tener una atención en salud que responda a las necesidades.
No. La atención de los pacientes está determinada por las redes prestadoras, la relación entre los médicos y la disponibilidad de insumos. La intervención no afecta esos procesos. Por el contrario, trata de mantenerlos, estabilizarlos y mejorarlos.
El sistema de salud es complejo. Tenemos un Plan de Beneficios muy amplio, con un financiamiento limitado. Una gran demanda por servicios especializados. Es necesario ordenar todos los actores y agenciar el trabajo para que permitir los accesos. No es fácil, hay problemas de oportunidad en muchas zonas. Sin embargo, en eso vamos a trabajar.
No. Las organizaciones y el sistema de salud tienen una historia muy amplia y están en una condición crítica. Vamos a aportar conocimiento, experiencia y metodologías para mejorar la prestación de los servicios. La idea es darle viabilidad a la empresa en el largo plazo, pero eso no es trabajo de una sola persona sino de toda una organización.
En general, Saludcoop viene respondiendo por sus obligaciones de manera continua. Tenemos una cartera importante de años anteriores, pero no es posible cubrirla de forma inmediata. Requerimos de un plan de acción a largo plazo, que se establece en compañía de los actores. Actualmente se está pagando la operación corriente y se hacen acuerdos de pago.
Tenemos una deuda aproximada de $ 379 mil millones. Lo que pasa es que no solo se les debe a los hospitales y clínicas; también tenemos proveedores de medicamentos, de insumos y esa deuda puede llegar casi a los $ 500 mil millones.
No. Claramente, las intervenciones no deben ser eternas. Esta es una empresa muy compleja, porque no es simplemente una EPS, sino que hace parte de un grupo empresarial. Por eso, la intervención se ha demorado en como definir un plan de acción. Estamos convencidos que el Gobierno Nacional después de esta prórroga definirá un curso para la entidad.
Ante una intervención es previsible y es explicable que exista mucha ansiedad. Precisamente, la prórroga de está intervención implica empezar un diálogo con empleados para definir escenarios de creación conjunta de ese plan de acción a futuro. De todas maneras, los trabajadores de Saludcoop tienen un altísimo nivel de compromiso con la organización y tienen la conciencia de que lo principal es la atención de los usuarios. En ningún momento las actividades de los trabajadores han obstaculizado la atención de los usuarios.
Guillermo Grosso, interventor de Saludcoop, aseguró que la liquidación de la compañía no es la salida ya que se trata de una entidad esencial del sistema de salud colombiano. “La responsabilidad de atender a 3 millones 900 mil afiliados y de tener cerca de 6 mil proveedores de la red hospitalaria implicaría una brecha muy importante en el sistema de salud. Igualmente, hay un alto compromiso con los trabajadores de Salucoop. Pensamos que lejos de esa decisión existe la posibilidad de ajustar los procesos y darle viabilidad”, dijo Grosso.
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