JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
El proyecto hidroeléctrico El Edén, en el oriente de Caldas, comenzó a operar desde el pasado miércoles.
Se prendieron las turbinas de esta obra, construida entre Pensilvania, Manzanares y Marquetalia para iniciar la venta de energía en el mercado nacional.
De acuerdo con Juan Pablo Ángel Pérez, gerente de la central, el plan se inicia con gran alegría, pues esto demuestra que todo el sistema ya está probado y opera normalmente, por lo que se le puede inyectar energía al mercado nacional durante las 24 horas del día.
Aunque tiene una capacidad de generación de 20 megavatios, suficiente para atender unos 70 mil usuarios residenciales (demanda similar a la de Manizales), la empresa comenzó a funcionar con una capacidad cercana al 60%.
Participación accionaria
Las obras se iniciaron en agosto del 2013 y terminaron en diciembre pasado.
El proyecto contó con una inversión cercana a los $150 mil millones, y quedó en un ciento por ciento en manos de las firmas antioqueñas Estyma y Latinoamericana de Construcciones, y de la firma bogotana HB Estructuras Metálicas.
Aunque la Gobernación de Caldas fue socio hasta el año pasado, con el 30%, una inversión cercana a los $28 mil millones, Inficaldas optó por retirarse del negocio (ver recuadro: condiciones del contrato).
Bajo estas condiciones, las dos centrales hidroeléctricas que hoy tiene Caldas son ajenas a la región en cuanto a participación accionaria se refiere. Se incluye Miel I, también en el oriente de Caldas, y con una capacidad instalada de 396 megavatios, 20 veces más que El Edén, hoy en manos de Isagén.
Garantía de agua
A pesar de las críticas al proyecto por el supuesto daño a los caudales de los ríos, en especial La Balastrera, Patiobonito y La Costa, según Ángel Pérez hoy la comunidad tiene plena garantía de contar con el suministro de agua, pues varios reclamantes fueron conectados al sistema de acueducto de Bolivia (Pensilvania), sin tener que pagar por el líquido.
Son unos 102 usuarios que se han conectado y que antes se proveían del líquido de estos afluentes.
El gerente de Corpocaldas, Juan David Arango Gartner, resaltó que de todos modos evalúan las inquietudes de la comunidad, la procedencia de las aguas que está utilizando el proyecto, y cuáles serán las posibles compensaciones que tendrá la comunidad.
La semana pasada siete presidentes de juntas de acción comunal del área de influencia recorrieron las obras y también agradecieron los programas sociales que se han hecho en el municipio y los trabajos de mitigación.
El gerente también destacó que de los recursos que se generen de energía, el 6% se irán para transferencias. De ellas, el 3% se destinará para Corpocaldas y el otro 3% para Pensilvania y Manzanares, para obras de mitigación.
El retiro de Infi
La decisión de retirarse de Inficaldas se basó en el contrato de fiducia mercantil pactado con Fiduoccidente, en el que se destaca en el numeral 14 que una vez entre en operación la central se endosaría a favor de Inficaldas el 30% de las acciones.
Para Marcelo Mejía, gerente de Infi, esto deja claro que aunque existía la intención de participar en el proyecto, la condición que se tenía en el contrato es que la planta se debía prender el 1 de julio del 2016.
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