Cafeteros cuestionan facturación electrónica

JUAN CARLOS LAYTON

LA PATRIA | MANIZALES

"Sería una verdadera pesadilla, un desastre para la logística misma del café. Nuevamente se legisla para todo el mundo sin tener en cuenta las condiciones del campo".

Con este reclamo, el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, cuestionó ayer la medida de facturación electrónica que tendrán que adoptar los cultivadores del grano en Colombia a partir de noviembre. Sería para cafeteros con ingresos brutos superiores a $135 millones por año.

"Hay que tomar todo un curso y montar un esquema por internet, y demás cosas. No estoy seguro de que un cafetero mediano, de menos de 10 hectáreas, tenga las posibilidades de acceder al internet y hacer el curso para factura", dijo.

Desde muy temprano el gerente se puso en contacto con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) con el fin de cotejar esta situación, luego del llamado de urgencia que se hizo desde el Comité Nacional de Cafeteros para que las autoridades nacionales revisen esta decisión.

No son comerciantes

Un reclamo que se plantea es que una finca no es un establecimiento comercial, como erróneamente se asume y así mismo lo plantea el Código de Comercio, en su artículo 23. Establece que la caficultura no es una actividad mercantil y por ende, quienes la realizan no son comerciantes.

Para Vélez Vallejo, esto no solo impactará a las cooperativas, sino a los productores que tengan que vender y emitir el documento, sumado a otro problema y es que en el campo no se tienen las mejores condiciones de conectividad, problema que se hizo más evidentes con la pandemia.

Inviables

Se suma que muchas vías terciarias son intransitables en invierno, lo que se convierte en otro reto para el caficultor a la hora de vender su cosecha. "Es decir, en el campo, el país aún está en la era de las mulas".

Vélez Vallejo estimó que esta obligación la tendrían que cumplir productores con áreas superiores a siete hectáreas, pero temió que, si el café sube de precio o se aumenta la productividad, tengan que acceder cafeteros más pequeños.

"Redactar y exigir normas debe siempre tomar en cuenta la importancia de que sean realizables y por lo tanto realistas. una finca no es un establecimiento comercial, como erróneamente se asume", advirtió el gremio.

La denuncia del sector es que, si bien se ha avanzado en aspectos como la afiliación al régimen subsidiado de salud, bancarización y educación, "aún falta un largo trecho para que el Estado de bienestar llegue a la ruralidad. Las obligaciones no pueden llegar antes que los derechos", se quejaron.

Más obligaciones

El gerente llamó la atención de que si esta transición ha demostrado ser un gran desafío para las pequeñas y medianas empresas (pymes) y habitantes de centros urbanos, será más complejo para el campo.

En la carta gremial también recuerdan que el 82% de los caficultores colombianos están en el régimen subsidiado de salud, 50% tienen menos de una hectárea, apenas 1% de los productores tienen más de 10 hectáreas de café, el 15% son adultos mayores, 75% de los hogares cafeteros vive en la zona rural dispersa, sin contar la baja escolaridad.

"Por todas estas razones, es poco razonable esperar que, por decreto, a partir de determinada fecha los caficultores, por el solo hecho de tener una finca, puedan facturar electrónicamente", insistieron.

La frase

"Cuando el internet llegue a las fincas cafeteras, cuando tener acceso a un celular con datos y buena señal esté garantizado, cuando pagar a un recolector requiera simplemente presionar un botón, ese día la facturación electrónica será más viable para los productores rurales”.

Roberto Vélez Vallejo, gerente de la Federacafé

"Es un gran problema"

La directora de Acopi Caldas, Dulfary Montoya Castro, también se quejó frente al problema que han tenido para iniciar este proceso de facturación electrónica, no solo por el desconocimiento, sino por la complejidad para abordar el sistema, en muchas ocasiones por las dificultades por acceder al mismo internet y los costos que se generan.

Sostuvo que desde el gremio se adelanta un proceso de asistencia y acompañamiento con las empresas, pero aún hay muchas empresas rezagadas en este proceso. "Si para una empresa es complicado, no me imagino cómo va a ser la situación para los caficultores", planteó.