Once Caldas

Fotos | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA Momentos del homenaje a Dayro Moreno en el estadio Palogrande.

Pasaron muchos días para que el Palogrande volviera a vivir una fiesta como la de ayer. Con 30 mil personas emocionadas en sus gradas. Todo por cuenta de Dayro Moreno, el Once Caldas, James Aguirre y el profesor Luis Fernando Montoya.

Como en los "viejos tiempos", en los que había que madrugar, el estadio se llenó ligero. El hincha adelantó su arribo para acompañar a Dayro en su homenaje: los 225 goles que lo convirtieron en el máximo anotador del Campeonato Colombiano.

La instrumental de Holocausto Norte animó mientras comenzaba todo. Y apareció el helicóptero con Dayro. El aparato dio un giro sobre el estadio y descendió lentamente hasta la mitad de la cancha. Segundos después, Dayro se bajó y con Shantall y Salomé, dos de sus tres hijas, y caminó hacia Occidental. Luego frenó, se inclinó y besó la verde grama.

Continuó su caminado en medio de los trofeos y los botines de oro que ha ganado. Al frente lo esperaban Sergio Galván, Juan Carlos Henao, Elkin Soto, Arnulfo Valentierra y Alexis Henríquez, otros de los héroes de la Copa Libertadores de América.

El abrazo y el testimonio con cada uno de ellos. Dayro recibió distinciones de la Dimayor y del Once Caldas. La primera la entregó Ricardo Pérez y la segunda, en medio de una tremenda silbatina de todo el estadio, Tulio Mario Castrillón, presidente del Club.

El goleador, emocionado, cantó con la La Banda del Honor y le dio la vuelta al estadio en medio de los aplausos. El hincha se paró de las gradas y lo vitoreó como hacía rato no ocurría. Seguidamente, todos al camerino, a preparar el partido con Alianza.

 

20 minutos después las vibraciones volvieron a subir con la entrada del profesor Luis Fernando Montoya. Igual que con Dayro, el auditorio cantó, gritó y le repitió al Profe la gratitud por lo que hizo con el equipo en el 2003 y 2004: títulos de la Liga y la Libertadores.

Fue una tarde como hacía años no ocurría en Palogrande. El hincha desempolvó la camiseta, madrugó y vivió una fiesta única en el fútbol profesional colombiano por cuenta de Dayro Moreno.