EFE | LA PATRIA | Milán (Italia)
El Real Madrid ensanchó ayer su leyenda como el Rey de Europa con la segunda Liga de Campeones en dos años, su undécima, la más sufrida de su historia que confirma la resurrección en un año reconducido por Zinedine Zidane, con intercambio de papeles respecto a Lisboa.
El equipo blanco marcó primero, de nuevo por medio de Sergio Ramos, pero Carrasco empató en la recta final del partido y el Real Madrid inclinó la balanza de su lado con la fortuna en los penaltis tras un fallo de Juanfran y la anotación de Cristiano Ronaldo.
El fútbol le debe una al Atlético. La crueldad se tiñe de rojiblanco en una final en la que nadó en contra de la corriente, dio todo por llevar el duelo a la prórroga y falló por un error en el lanzamiento de Juanfran en el cuarto penalti de la tanda. Un duelo llevado al extremo de sacrificio y entrega. Una final histórica que cubrió con pasión la falta de buen fútbol.
Era tan reciente la espina de Lisboa que era una utopía pensar que no marcaría el duelo en Milán. Tan solo 735 días después. Simeone, el técnico que ha instalado al Atlético de Madrid entre los más grandes de Europa, cometió errores de los que necesita desquitarse.
Aquella alineación de Diego Costa lesionado que restó un cambio en los instantes en los que faltaba el oxígeno. Estratega del fútbol, volvió a sorprender en su planteamiento inicial en San Siro. Donde situara la línea de presión marcaría el duelo.
La adelantó. Fue por el Real Madrid. Mordió en la salida de balón, dificultándola y corriendo riesgos con una defensa casi en el centro del campo ante la velocidad de la BBC. El Real Madrid que el Cholo esperaba al contragolpe lo provocó él mismo con su planteamiento.
De ida y vuelta
La fiesta del fútbol español tenía lo mejor guardado para la segunda mitad. 42 años de espera rojiblanca, la forma de perder en Múnich y Lisboa, lo impulsaron en busca del gol. Otra vez el cambio de Carrasco, como en Múnich, varió su identidad. Salió decidido y pronto encontró la mejor oportunidad de lograrlo. Pepe cayó en la trampa de Fernando Torres, que vivía el partido de su vida. Llegó tarde y arrasó el cuerpo de 'el niño'.
El penalti lo pidió Griezmann. Disparó con el corazón y con exceso de potencia. El travesaño devolvió el esférico que botó delante de la línea de gol. Su fallo no se le fue de la cabeza en toda la final. Perdió protagonismo por más que Simeone lo llamó a la banda para insistir en que su anotación llegaría. Estaba Carrasco para asumirlo. El francés agudizó las dudas blancas y exhibió sus virtudes.
Sobrado de carácter, el Atlético mereció el gol. Con Gabi tirando de galones al mando peleó hasta que lo encontró. Tras un tiro de esquina lo tuvo Savic. El Real Madrid estaba demasiado estirado, centrado en defenderse, pero con una distancia abismal entre líneas. Lo quiso corregir Zidane con un cambio extraño. No tocó la BBC, que pedía oxígeno, y retiró el campo a Kroos por Isco.
Y se pasó al empate. Los errores se pagan caros en el fútbol. Perdonó y lo pagó el Real Madrid. Juanfran compensó su error del gol madridista con un centro perfecto a Carrasco, que pateó empujado por todos los atléticos que no pararon de animar perdiendo en el marcador. Del minuto 93 de Lisboa al 78 de Milán. Los miedos hicieron un viaje de ida y vuelta.
Nació la prórroga con dos equipos midiendo su preparación física. Con futbolistas al límite, acabando con calambres o percances musculares. El orgullo madridista le hizo buscar el triunfo, romper una dinámica negativa ante un rival que le tiene tomada la medida.
Ramos se ganaba el premio al mejor jugador del partido y Juanfran la peor noche de su vida. Su disparo ajustado pegó en el poste. Todo quedaba en las botas del mejor lanzador del Real Madrid. Y Cristiano dio la Undécima al Rey de Europa.
Títulos por clubes
Con 11: Real Madrid.
Con 7: Milán.
Con 5: Liverpool, Bayern Múnich y Barcelona.
El dato
James Rodríguez no jugó ayer la final, pero actuó 265 minutos en cinco partidos del Real Madrid en la Liga de Campeones. Hizo gol ante la Roma.
La frase
"Ha sido una temporada extraña y cuando hay cosas malas uno aprende", James Rodríguez.
La cifra
16 goles marcó Cristiano Ronaldo en esta Liga de Campeones y quedó como el máximo artillero.
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