La huella que dejó don Héctor Pinilla en el ciclismo de Caldas

Osvaldo Hernández

LA PATRIA I Manizales

Don Héctor Manuel Pinilla Peralta llegó a suelo caldense cuando apenas tenía 12 años. Partió desde su natal Chiquinquirá (Boyacá) en busca de un mejor futuro, como lo hicieron muchos colonos que arribaron al Eje Cafetero, abrieron caminos, sembraron potreros, arrearon mulas y se quedaron para siempre.

Así empezó en la región la historia de uno de los pioneros del ciclismo de Caldas (1970 y 1990), que falleció hace dos semanas a los 81 años.

Sus primeras jornadas laborales las hizo en la calle, como voceador de LA PATRIA. Después se fue a la finca San José, de La Linda, y regresó a la ciudad para laborar en la Abundancia Lleras, donde tuvo su primer contacto con la bicicleta. Allí, como domicilio, tenía dos opciones: cargar al hombro o conseguir una bicicleta, como lo hacían los demás negocios.

Don Héctor ahorró y se compró un "caballito de acero" marca Monark. Ese fue su punto de entrada al ciclismo. Conoció a Reinel Ortiz, mensajero de la droguería Versalles, quien días más tarde le presentó a doña Nidia, con la que se casó, hogar en el que nacieron Héctor Jaime, Marta Cecilia y Lucy.

Reinel era ciclista. Corrió la Vuelta a Colombia de 1957 y fue el último; la terminó. A su lado, don Héctor disputó competencias de turismeros. Incluso en el hipódromo, donde está hoy el estadio Palogrande.

Pero no progresó y volvió la finca, a sus jornadas de agricultor. Ya casado se fue a una finca de Héctor Villegas, hermano de doña Pilar Villegas, donde vivió un tiempo y nacieron sus hijos.

Años después regresó a Manizales, se instaló en Fátima y puso una tienda en el barrio Estrella. Eso le permitió estar cerca del estadio, convertirse en entrenador y dirigente.

Creó entonces el club Ciclo Estrella y empezó a invitar a los conocidos para que entrenaran con él. Al primero que le habló fue a Herman Loaiza, mensajero de la droguería Versalles, quien años después corrió el Tour de Francia.

Por su club pasaron ciclistas de todas las clases sociales: Julián Sánchez Prieto, Fernando Ángel, Herman Loaiza, Celio Roberto Roncancio, Santiago Amador, Jhon Jairo Narváez, Juan Carlos Castillo, José Vicente Díaz, entre otros. Y Héctor Jaime, su hijo, que montó en bicicleta cinco años y después se dedicó al periodismo y a los estudios.

Don Héctor, en ciclo Estrella, tuvo el apoyo de Ramiro Henao, Carlos Alberto Osorio, Carlos Villescas, Reinel Loaiza, la Ferretería Industrial y Colpinturas, entre otros. Por su club pasaron entrenadores como Mauricio Orozco, Roberto Sánchez y Fernando Gutiérrez.

Don Héctor Pinilla tendrá un lugar en la historia del ciclismo caldense.

Distinción

Ciclo Estrella, de don Héctor, fue distinguido con el Acord Caldas, como mejor club en 1985.

La frase

"Don Héctor fue uno de los pioneros, siempre estuvo muy comprometido": Herman Loaiza.