El chinchinense Felipe Jaramillo saltó del bicicrós a los carros

Ricardo Patiño

LA PATRIA | MANIZALES

Cambió la bicicleta por los carros y le dio resultados. El chinchinense Felipe Jaramillo Estrada dio un salto de categoría para triunfar en Estados Unidos en el campeonato norteamericano de automovilismo FARA.

Esta competencia se disputa en diferentes pistas del estado de La Florida y, después de la Nascar, es la carrera que más público aficionado convoca a lo largo de cada temporada. Se divide en dos modalidades: una competencia de duración por fecha, las cuales son de cuatro horas cada una, y el campeonato de carreras sprint de 30 minutos, con cuatro pruebas por válida, según la página web de la Federación Colombiana de Automovilismo.

Felipe ajusta ocho temporadas con el acelerador a fondo. El año pasado fue el mejor al ganar las dos modalidades en la categoría MP4-A, con carros entre 1.600c.c. y 2.000c.c. También celebró en diciembre pasado en la primera edición de las 12 horas de Miami al lado del paisa Rodrigo Ospina y el americano Red Matt (ver recuadro Otros logros).

"Los carros los llevo en la sangre y son difíciles de dejar. En algún momento pensé en retirarme, pero cuando se acercó el día de la carrera terminé de nuevo en las pistas", rememora Felipe, que hace 18 años dejó su tierra y se radicó con su familia en Estados Unidos.

De niño

Este economista empresarial de la Universidad Autónoma de Manizales siempre ha estado aferrado a los carros. Desde pequeño mostró su inclinación al no despegarse del televisor para ver la Fórmula Uno y la Nascar, donde la velocidad va al límite.

También le debe mucho a su padre, Julio Jaramillo, quien compitió en circuitos callejos en Armenia, La Virgina (Risaralda) y trepadores hacia Manizales. Qué decir de su madre, doña Stella Estrada, que también le inculcó el deporte y fue la primera dirigente que tuvo el bicicrós en Caldas. Por su gestión se construyó la pista en Chinchiná y remodeló la de Manizales por solicitud de Victoria Eugenia Arango, exalcaldesa de la ciudad.

El fútbol tampoco fue la opción y en vez de patear un balón en la cancha del colegio Gemelli, donde estudió, el escenario por momentos lo transformaron en una pista de habilidad para aprender a acelerar.

Felipe empezó a mezclar su pasión por los carros con el bicicrós. A los 13 años incursionó en esta disciplina hasta los 21 años al lado de sus tres hermanos (Julio Andrés, Nicolás y María Carolina). Ganó válidas nacionales y recuerda cómo hizo "vaca" con sus amigos en Chinchiná para alquilar una camioneta y viajar a Medellín a competir. Estas anécdotas le refrescan su memoria permanentemente, así como los dos campeonatos nacionales de la Rueda de Oro y los logros internacionales de su hermano Nicolás.

Felipe se alejó del deporte por sus estudios universitarios, pero las puertas de los carros se las volvieron abrir. Fue navegante de su tío Jorge Enrique Jaramillo en competencias de rally en el país.

En el 2000 llegó a Estados Unidos y dos años después el venezolano Marcos Sowisky le abrió el camino en los deportes a motor. Lo invitó a correr y desde ese momento no se baja de su Honda Civic, que acondicionó para volar en las pistas de La Florida.

Otros logros

2007: Segundo en el Campeonato Estatal de Autocrós, que por lo general se hace en pistas de aeropuerto y en lotes grandes.

2014: Primero en carreras cortas y tercero en enduro.

2015: Primero en carreras y tercero en enduro.

2016: Segundo en carreras cortas y tercero en enduro.

La frase

"Extraño muchas cosas del país, pero lo que más me hace falta es el campo, la zona cafetera", Felipe Jaramillo.

El dato

Felipe Jaramillo trabaja en la remodelación de casas y alterna este oficio con su pasión por los carros.