Campeón con Jaguares y sueña con volver al Once Caldas

Lina Moreno

LA PATRIA | MANIZALES

Aunque sonríe y expresa su emoción por el título conseguido con Jaguares el pasado domingo, la mesura sigue caracterizando al manizaleño Ramiro Sánchez Carvajal.

El arquero del recién ascendido conjunto cordobés se toma con calma el logro obtenido y se prepara mentalmente para lo que llegue en su vida. "Muy contento. Mucha gente daba como campeón al Quindío y lo que nosotros hicimos fue histórico para el departamento. Es gratificante llegar a la máxima división de fútbol del país", dijo el jugador de 30 años.

El domingo, cuenta, celebró con una cena, ayer se preparaba para una caravana que le tenían los aficionados a los campeones en Montería. El jueves llegará a Manizales, su ciudad natal y donde comenzó todo este proceso futbolístico, en el barrio San José.

Inicios

Ramiro comenzó en el fútbol siendo un niño gracias a las escuelas de formación que tenía el Once Caldas. "Había una cerca a la Plaza de Mercado y yo iba a entrenar ahí, mientras no se me juntara con el estudio", recuerda. Empezó como lateral izquierdo, pero por cuestiones del azar, terminó defendiendo el arco. "Un día no llegó el que tapaba, me pusieron a mí y ahí me quedé".

De allí pasó a las divisiones inferiores, donde creció hasta llegar a la Primera B, Torneo de reservas, pero el contrato se le terminó. El técnico Fernando Pecoso Castro fue quien le ayudó y lo llevó al Santa Fe, equipo con el que jugó en la Copa Postobón e incluso Copa Libertadores, aunque como suplente de Camilo Vargas. Hoy el onceno cardenal es el dueño de sus derechos deportivos y fue el que lo prestó por un año a Jaguares, en el que actuó como titular cerca de 25 partidos.

Por eso, ahora el guardameta no tiene un futuro concreto. El club 'felino' se mostró interesado en continuar contando con sus servicios, pero él dice que hará las cosas como son y primero debe ir a Bogotá y tratar el tema directamente con los capitalinos.

Manizaleño

Aunque lleva siete años por fuera de Manizales, no niega que guarda a su ciudad y al equipo blanco en su alma y, como su familia materna, se declara hincha albo. "Debuté con el Once Caldas y la ilusión es volver. Tengo varios amigos en el Club: Mario Marín (preparador de arqueros), Miguel Rodas (kinesiólogo) y me encuentro con ellos y hablamos. Mi corazón es del Once Caldas ¿Quién que haya comenzado ahí no quiere regresar?", concluye.